El cardenal alemán Gerhard Müller pidió “justicia” para los responsables de los abusos cometidos contra los niños del coro de Ratisbona, y recordó que impulsó las investigaciones cuando fue obispo de esa ciudad alemana.

En una entrevista brindada al diario italiano Corriere della Sera, publicada este jueves, el purpurado asegura que “siempre ha creído que no puede haber misericordia en la Iglesia sin justicia”.

Müller, destituido recientemente por el papa Francisco del cargo de prefecto de la Doctrina de la Fe, es decir de guardián del dogma, fue acusado por los autores de informe sobre los abusos de haber realizado una rápida investigación interna en 2010 y de no haber alimentado suficientemente el diálogo con las víctimas.

“Nombré a un equipo de expertos para que investigaran hechos que ocurrieron 50 años antes de mi mandato”, explicó el cardenal Müller, obispo de Ratisbona entre 2002 y 2012.

Según el informe, al menos 547 niños del famoso coro católico alemán de Ratisbona fueron víctimas de malos tratos, incluyendo violaciones, entre 1945 e inicios de la década de 1990, uno de los peores escándalos de la Iglesia en Alemania.

“Estoy convencido de que una justicia imparcial y justa es la mejor ayuda que la Santa Sede puede dar a los obispos de todo el mundo. Sólo así se muestra el amor materno de la Iglesia y se repara, en lo posible, el daño material y espiritual padecido por las víctimas”, aseguró.

Interrogado sobre su destitución pocos días antes de la divulgación del informe, el religioso, de 69 años, reconocido teólogo conservador que ha criticado en varias ocasiones al papa argentino, dijo: “no tengo explicaciones”.

“No creo que sea por falta de ortodoxia y capacidad teológica. En los casos de abusos de menores he siempre seguido la línea de tolerancia cero”, aseguró.

El escándalo que sacudió a Alemania es uno de los tantos denunciados dentro de la Iglesia católica. Tanto Benedicto XVI como su sucesor, Francisco, pidieron perdón por los casos de pederastia en el seno del clero.