Según sus abogados, el hombre "una enfermedad mental debilitante" y la Corte Suprema de Estados Unidos prohibió la ejecución de reos que no entiendan los motivos del castigo.

La Corte Suprema de EEUU se negó el miércoles a conceder un indulto a un preso condenado a muerte, que será ejecutado en el estado de Oklahoma, a pesar de que sus abogados afirman que sufre graves problemas psiquiátricos.

Benjamin Cole, de 57 años, recibirá una inyección letal el jueves a las 10H00 en la prisión de McAlester, en el centro de Estados Unidos.

Había sido condenado a la pena capital en 2004 por el asesinato de su hija, Brianna, de nueve meses. Fue acusado de matarla para que hiciera silencio y así poder reanudar una partida de videojuegos.

Sus abogados aseguran que el diagnóstico incluye “esquizofrenia paranoide y daño cerebral”, señala el informe de los abogados.

Su condición se ha deteriorado al punto de que está “en gran parte catatónico”, agrega. “No puede hacerse cargo de su higiene, gatea cuando no tiene silla de ruedas y apenas se comunica con los guardias y sus abogados”.

Con la proximidad de la fecha prevista para su ejecución, los defensores de Cole han multiplicado los llamamientos urgentes, en particular ante la alta corte, para intentar salvarlo.

Niegan indulto y ordenan ejecución en EEUU

No obstante, las autoridades de Oklahoma alegan que Cole está capacitado para ser ejecutado.

Dicen que el condenado se identifica como “judío mesiánico” y que tiene “inteligencia para hablar” pero calla con sus abogados porque no entienden “su extrema religiosidad”, de acuerdo con su ponencia ante la Corte Suprema.

“Aceptó hablar con un experto neutral en un hospital estatal y expresó muy claramente su comprensión de la sentencia”, agregaron.

Para la defensa, esa explicación es “inverosímil”.

“Que pudo tener una larga conversación (…) contradice los informes de los guardias, el personal médico y otros que no han podido tener interacciones significativas con Cole en los últimos años”, dijo en un comunicado la abogada Emma Rolls.

Hubo 11 ejecuciones en Estados Unidos este año, incluidas tres en Oklahoma.