El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, exhortó el miércoles a los países de la ONU a no votar el ingreso de Cuba al Consejo de Derechos Humanos del organismo, considerando “indignante” la sola posibilidad.

“Es indignante que el Consejo de Derechos Humanos ofrezca una banca a Cuba, una dictadura brutal que trafica a sus propios médicos con el pretexto de misiones humanitarias”, dijo Pompeo a periodistas.

Washington considera que la venta de servicios médicos cubanos, principal fuente de divisas de La Habana, es un “patrón gubernamental” de “trabajo forzado”.

“Ningún país debería votar a Cuba en el Consejo”,
afirmó Pompeo.

Estados Unidos y Cuba, enfrentados desde hace seis décadas luego de la revolución de Fidel Castro, vivieron un acercamiento diplomático promovido por el presidente Barack Obama.

Pero desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump en 2017, Washington ha endurecido el bloqueo a la isla que rige desde 1962, bajo el argumento de violaciones de los derechos humanos y apoyo al mandatario venezolano Nicolás Maduro.

Cuba, que integró el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2014-2016 y en 2017-2019
, ya presentó su candidatura para ocupar una de las vacantes regionales en el periodo 2021-2023, según anunció en febrero el canciller cubano, Bruno Rodríguez.

El Consejo con sede en Ginebra fue creado en 2006 para sustituir a la Comisión de Derechos Humanos y está formado por 47 estados miembro escogidos por mayoría absoluta en la Asamblea General a través de votación directa y secreta.

Los escaños se distribuyen de manera geográfica y se adjudican por un período de tres años. Los miembros no son elegibles para reelección inmediata después de servir dos mandatos consecutivos.

Ese año, tres de las bancas que corresponden a Latinoamérica deben renovarse: la de Chile, la de México y la de Perú.

Según los estatutos del Consejo, la Asamblea General de la ONU debe tener en cuenta “la contribución de los Estados candidatos a la promoción y protección de los derechos humanos”.

Venezuela obtuvo en 2019 una banca para el período 2020-2022 tras cosechar 105 votos de los 193 miembros de la ONU, una victoria controvertida dado que su propio historial en la materia había sido cuestionado desde la misma organización.

Estados Unidos, que se retiró en 2018 del organismo considerándolo una “cloaca” de prejuicios políticos, y condenando la “hipocresía” de sus miembros y su “sesgo continuo” contra Israel, calificó la elección de Venezuela como “una farsa que socava aún más la frágil credibilidad del Consejo”.