La “masacre” de estudiantes chinos de 1989 en la Plaza Tiananmen es “una tragedia que no será olvidada”, dijo el jueves la Casa Blanca.

“Estados Unidos llama a China a honrar la memoria de aquellos que perdieron la vida y a proporcionar datos detallados de quienes han sido asesinados, detenidos o siguen desaparecidos en relación con los acontecimientos de la Plaza Tiananmen del 4 de junio de 1989”, dijo el ejecutivo estadounidense en un comunicado.

“La masacre de civiles chinos desarmados por el Partido Comunista Chino fue una tragedia que no será olvidada”, dijo la portavoz Kayleigh McEnany.

Washington también llamó a Pekín a “poner fin a la persecución sistemática de millones (de miembros) de minorías étnicas y religiosas”.

Esta declaración se produce en un momento en que las relaciones entre Estados Unidos y China están muy tensas, y cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, culpa a Pekín por la propagación de la pandemia del nuevo coronavirus.

La sangrienta intervención del ejército chino en la noche del 3 al 4 de junio de 1989 puso fin a siete semanas de protestas de estudiantes y trabajadores contra la corrupción y a favor de la democracia.

La represión dejó entre varios cientos y más de mil muertos, cifra que nunca pudo ser ratificada. De hecho, el tema es tabú en China.