Cheyanne Harris de 21 años se ha declarado inocente de los cargos en su contra: asesinato y poner en peligro a un menor de edad. La criatura era su propio hijo de tan solo 4 meses, quien fue encontrado en agosto del año 2017 en un columpio de bebé, con un pañal lleno de gusanos.
Lo llevaba puesto desde hacía dos semanas. El menor fue hallado al interior de un cuarto oscuro y caluroso, según relataron los paramédicos que acudieron al domicilio de Harris en Alta Vista, EEUU.
El fiscal adjunto de Iowa, Coleman McAllister habló del examen forense, asegurando que la autopsia determinó que Sterling Koehn murió de desnutrición, deshidratación e infección por una erupción del pañal y un entomólogo descubrió que el desarrollo de los gusanos evidenció que este no había sido retirado en 14 días. La bacteria E. coli hizo de las suyas en la criatura.
Con esos datos el juicio de Harris comenzó este miércoles, con la fiscalía local presentando las pruebas recolectadas contra la mujer.
McAllister agregó, según el medio local The Courier, que “la evidencia en este caso muestra cómo Sterling sufrió en las últimas horas y días antes de su muerte, sin amor, sin cuidado, sin ayuda de su madre”.
Una defensa alegando depresión
El abogado defensor Nichole Watt aseguró que su clienta no es un monstruo. “El monstruo en este caso es la salud mental. El monstruo en este caso es la depresión”, dijo Watt al jurado.
Pero una testigo, empleada de correos, declaró que llegó al departamento de Harris y preguntó por el bebé, pero las respuestas de la madre venían con evasivas.
“No hubo lágrimas, no hubo emoción”, relató Tina Shatek. “Ella debería haber estado llorando y gritando y molesta”, pero al contrario, le ocultó información.
Le dijo que el niño estaba bien la noche anterior cuando lo alimentó a las 9:30 p.m. Shatek le preguntó si se refería a las 9:30 “esa mañana” porque un niño de 4 meses tendría que haber sido alimentado antes de la noche anterior. Harris no respondió, declaró la mujer.
Sin embargo, la madre de Sterling no es la única en haber sido sentada en el banquillo de los acusados por la muerte de su hijo. Su pareja y padre del menor, Zachary Koehn, fue sentenciado recientemente a cadena perpetua, pese a que fue él quien realizó la llamada de emergencia al 911.
Harris y Koehn, tienen otra hija de dos años y se desconoce si permanece con algún familiar cercano o en los servicios infantiles estadounidenses.
La muerte de Sterling ha sido repudiada en Estados Unidos, debido al nivel de irracionalidad de sus padres, al punto en que lo dejaron morir sin alimentos u otras atenciones.
La madre del niño ha tenido que ser trasladada de la corte de Le Mars, en Plymouth, al condado Chickasaw, ya que se trata de un juicio que tiene muy alterada a la comunidad donde residían los Koenh.
