El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, formalizó este viernes la normalización de relaciones con Cuba como una política oficial, en un anuncio acompañado con un nuevo paquete de reducciones a las sanciones comerciales contra la isla.

En una Directiva Presidencial de 12 páginas, Obama definió a la normalización de las relaciones con Cuba como una política estadounidense, y adelantó que con ello se propone hacer que la aproximación con la isla “sea irreversible”.

La política definida en el documento se propone, entre otras cosas, mejorar las relaciones de gobierno a gobierno, la expansión del comercio bilateral y también la promoción del acercamiento de Cuba a diversos organismos financieros internacionales.

“No buscaremos un cambio de régimen en Cuba”, escribió el presidente en la página 7 de su Directiva, en el capítulo referido a la promoción de los derechos humanos.

“Buscamos la participación del gobierno cubano en foros regionales e internacionales, incluyendo -pero no limitado a- la Organización de Estados Americanos y la Cumbre de las Américas”, expresó el mandatario en el documento.

Mensaje al próximo presidente

De acuerdo con Susan Rice, asesora especial de Obama para Seguridad Nacional, la Directiva “institucionaliza el progreso alcanzado y guía la política de Estados Unidos hacia Cuba hacia el futuro”.

Rice recordó que hace exactamente 54 años, el 14 de octubre de 1962, un avión espía estadounidense logró tomar las primeras fotos de instalaciones de cohetes nucleares soviéticos en Cuba, lo que desató los momentos más tensos de la relación bilateral, y destacó la distancia que los dos países han recorrido en los últimos dos años.

“En muchos sentidos, es aún increíble que estemos hablando de normalización”
de las relaciones, comentó la asesora de Obama durante una conferencia en el centro de análisis Wilson Center en Washington.

Para Geoff Thale, experto de la entidad Washington Office on Latin América (WOLA), la oficialización de esta política “es al mismo tiempo un mensaje de Washington a La Habana, y un mensaje a la persona que substituya a Obama en la Casa Blanca” en enero próximo.

Al tornar la normalización completa de las relaciones con Cuba una política y un propósito oficial, “se torna más difícil que futuros gobiernos consigan retrocesos en esto. En principio eso sería posible, pero más difícil”, dijo Thale a la AFP.

La normalización completa de la relaciones con Cuba depende, del lado estadounidense, del complejo enmarañado legal que define el embargo económico, político, diplomático y comercial a la isla.

“Cambio importante toca al Congreso”

En consonancia con esta decisión de la Casa Blanca, el Departamento del Tesoro anunció este viernes un nuevo paquete de modificaciones en las restricciones y sanciones a Cuba.

Ahora Washington podrá autorizar licencias para la importación de determinados productos farmacéuticos de origen cubano, así como dar luz verde a iniciativas conjuntas en materia de investigaciones médicas.

También retiró los límites al “valor monetario de lo que los viajeros autorizados pueden importar de Cuba a los Estados Unidos como equipaje acompañado”.

El Departamento del Tesoro también anunció que emitirá una autorización que permitirá a “personas sujetas a la jurisdicción de los Estados Unidos proporcionar servicios relacionados con la seguridad de la aviación civil para Cuba”, un tema que era considerado de extrema sensibilidad en Washington.

Para el abogado Augusto Maxwell, experto en normativa estadounidense hacia Cuba, en general de trata de “medidas técnicas, pero yo destaco la apertura a la prestación de servicios para proyectos de infraestructura en Cuba, y la cuestión de los medicamentos”.

Maxwell dijo a AFP que “en términos de reforma de la normativa, imagino que éste es el último suspiro de este gobierno. El cambio importante (eliminar el embargo) ahora le toca al Congreso”

En diciembre de 2014 Washington y La Habana sorprendieron al mundo al anunciar el inicio de un histórico proceso de acercamiento después de medio siglo de ruptura y desconfianza.

Ambos países restablecieron formalmente relaciones diplomáticas en 2015.

En su directiva, Obama dijo que el acercamiento era necesario para “poner punto final a una política obsoleta que fracasó en defender los intereses de Estados Unidos”.