Se trata de la incursión número 32 de China en lo que va de 2022 con cuatro navíos, uno de los cuales portaba un cañón de 76 milímetros, el de mayor tamaño observado hasta el momento en la zona.

El Gobierno de Japón protestó este viernes ante China por la nueva incursión de navíos en sus aguas territoriales próximas a las disputadas islas Senkaku, entre ellas un barco armado con un cañón de 76 milímetros.

Los cuatro navíos de la Guardia Costera de China penetraron en aguas japonesas este viernes a partir de las 02:35 horas locales (14:35 del jueves en Chile) y abandonaron la zona tras recibir una advertencia de patrulleros navales, según informó el Ejecutivo nipón.

Se trata de la incursión china número 32 en lo que va de año y la primera desde el 13 de noviembre.

Entre los navíos detectados en esta ocasión se encontraba uno armado con el mayor cañón observado en un barco chino hasta la fecha en esta zona.

Japón explicita ante China su “seria preocupación”

El portavoz del Ejecutivo japonés, Hirokazu Matsuno, dijo en rueda de prensa que Tokio ha trasladado una protesta diplomática a Pekín por estas maniobras marítimas, a las que calificó como una “vulneración de la ley internacional”.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, expresó su “seria preocupación” al presidente chino, Xi Jinping, debido a las constantes actividades marítimas del gigante asiático en la zona, durante la cumbre que celebraron ambos líderes en Bangkok la semana pasada.

Japón viene denunciando desde hace meses la intensificación de maniobras navales del país vecino en torno a las Senkaku, administradas por Tokio pero reclamadas por el país vecino, que denomina Diaoyu a este grupo de islotes deshabitados cuya soberanía suponen uno de los principales escollos para las relaciones bilaterales.

Además de la frecuente presencia de barcos chinos en esta citada zona, Tokio ha observado un creciente tránsito de navíos rusos cerca de su territorio, en muchas ocasiones formando parte de ejercicios conjuntos con China.

Moscú y Tokio también mantienen una disputa territorial por las islas Kuriles del Sur desde el final de la II Guerra Mundial, y a raíz de la invasión de Ucrania y de las sanciones aplicadas por Tokio las relaciones entre los países vecinos se han situado en su peor punto en décadas.