El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, renunció este lunes a expulsar a diez embajadores occidentales a causa de su apoyo al opositor Osman Kavala, alegando que estos "dieron marcha atrás" y que "serán más prudentes en el futuro".

"Nuestra intención no era provocar una crisis" sino proteger los derechos soberanos de Turquía, afirmó Erdogan.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se retractó este lunes de la expulsión de diez embajadores occidentales, que él mismo anunció el sábado pasado, al interpretar como una disculpa un breve comunicado previo de las representaciones diplomáticas implicadas.

Se desactiva así la crisis diplomática desencadenada por un comunicado a favor de la liberación del empresario y activista turco encarcelado Osman Kavala, firmado el lunes pasado por los embajadores de Alemania, Dinamarca, Francia, Finlandia, Países Bajos, Suecia, Noruega, Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos.

“El comunicado de los embajadores atacaba directamente nuestra Judicatura. Era un insulto a nuestros jueces y fiscales. No podemos aceptarlo. Mi deber es dar la respuesta necesaria. Hoy, el nuevo comunicado por parte de los mismos embajadores es un paso atrás. Confiamos en que en el futuro serán más cuidadosos”, dijo Erdogan.

El presidente turco hizo estas declaraciones, transmitidas en directo en la cadena NTV, tras dirigir una reunión del gabinete ministerial en la que se esperaba que se refrendase o modificase la decisión de expulsar a los diplomáticos.

El breve texto de la embajada estadounidense, en inglés y turco, que permitió el giro de Erdogan, solo apunta que “en relación con el comunicado del 18 de octubre, Estados Unidos afirma cumplir con el artículo 41 de la Convención de Viena”, que veta a los diplomáticos inmiscuirse en los asuntos internos del país en el que están destinados.

Las demás embajadas implicadas en la crisis se adhirieron al comunicado de EEUU o escribieron un mensaje similar, que medios gubernamentales presentaron como “un paso atrás”, y antes de terminar la reunión del gabinete, la agencia estatal turca Anadolu, citando “fuentes del entorno presidencial” aseguró que Erdogan había “acogido con agrado” el texto.

Los mercados parecieron interpretaron estas palabras como una señal de que la crisis se desactivaría, porque la lira turca, que por la mañana había bajado un 2,4 % en pocas horas, recuperó todas sus pérdidas y se colocó en el valor del viernes, de 11,0 unidades por euro.