Las autoridades de Malasia han dado este viernes 48 horas a los diplomáticos norcoreanos para abandonar el país tras la ruptura de las relaciones bilaterales entre ambos países, una cuestión que el Gobierno malasio ha calificado de “poco amistosa y nada constructiva”.

En un comunicado, el Ministerio de Exteriores del país asiático ha “lamentado profundamente” la decisión de Corea del Norte y ha aseverado que esta “supone una falta de respeto al principio de buena vecindad”.

Asimismo, ha confirmado que el país cerrará su Embajada en Pyongyang, donde las operaciones fueron suspendidas en 2017 a raíz del asesinato en el Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur de Kim Jong Nam, el hermanastro del líder norcoreano, Kim Jong Un.

La decisión de Pyongyang ha tenido ahora lugar por considerar que Kuala Lumpur ha “entregado por la fuerza a un ciudadano inocente norcoreano a Estados Unidos”. Según las autoridades norcoreanas, el ciudadano, Mun Chol Myong, no habría cometido delito alguno y se habría dedicado a desarrollar “actividades legítimas de comercio exterior en Singapur”. Así, considera que se trata de “una invención absurda y una conspiración pura argumentar que estuvo involucrado en un delito de blanqueo de dinero”.

Para Pyongyang esta extradición es un “incidente alarmante para el mundo”, producto de la “conspiración anti Corea del Norte creada a partir de la atroz política de hostilidad de los Estados Unidos destinada a aislar y asfixiar a nuestro país y la sumisión pro-estadounidense por parte de Malasia”.

“Es un acto nefasto y un crimen imperdonablemente grave” del Gobierno de Malasia, que ha ofrecido a su ciudadano como “un sacrificio al movimiento hostil de Estados Unidos en desafío a las leyes internacionales reconocidas, no contenta con su aceptación ciega de y obediencia a la presión injusta de Estados Unidos”, señala Pyongyang.

Por último ha advertido que no solo Malasia “pagará” por esta extradición, sino que “Estados Unidos también pagará el precio debido”.

El miércoles, el Tribunal Supremo de Malasia aceptó la extradición a Estados Unidos del ciudadano norcoreano, acusado de violar las sanciones de la ONU al enviar artículos de lujo prohibidos desde Singapur a Pyongyang, así como de blanquear dinero.