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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La Fuerza Aérea del Perú se encuentra en la recta final de elegir el avión de combate que modernizará sus capacidades de defensa con una inversión de 3.500 millones de dólares por 24 aeronaves. La decisión se centra entre el Gripen de Suecia, el Rafale de Francia y el F-16 de Estados Unidos. Tras importantes reuniones en Europa, se destacan las propuestas de transferencia tecnológica y formación de pilotos.

Negociaciones directas en Europa, competencia entre gigantes aeronáuticos y la urgencia de modernizar la defensa peruana marcaron el decisivo avance en la búsqueda del próximo caza, mientras el modelo operado por Chile aún no es descartado del todo.

La Fuerza Aérea del Perú encara la recta final de uno de los procesos de selección militar más relevantes en décadas. El gobierno peruano está a punto de escoger el avión de combate que dotará a su defensa de capacidades modernas y disuasivas.

Aunque los focos apuntan a una definición entre el Gripen (Suecia) y el Rafale (Francia) más aún tras el reciente viaje de una comitiva peruana a Europa, el F-16, el mismo modelo que emplea la Fuerza Aérea de Chile, sigue en competencia y no ha sido excluido de la lista de alternativas para reemplazar la flota actual.

La decisión sobre el reemplazo de los cazas peruanos involucra una inversión estimada en 3.500 millones de dólares por 24 aeronaves de guerra. La presión sobre el Estado ha crecido ante las advertencias de que la operatividad de la Fuerza Aérea peruana se encuentra en una situación crítica.

Según los informes oficiales, solo 15 aviones, entre Mirage 2000 y MiG-29, se mantienen en condiciones de vuelo, por lo que la llegada de nuevos cazas es considerada prioritaria para recuperar la capacidad defensiva ante países vecinos y responder a las exigencias del escenario sudamericano.

Reuniones claves para los F-16 en Perú

Desde Estocolmo el 27 de agosto, una delegación peruana liderada por el ministro de Defensa Walter Astudillo, el canciller Elmer Schialer y el comandante general de la Fuerza Aérea del Perú, Carlos Enrique Chávez, sostuvo encuentros de alto nivel con sus pares suecos para evaluar la oferta del Gripen E.

Durante la reunión, el ministro de Defensa sueco, Pål Jonson, declaró: “Suecia mantiene buenas relaciones con Perú y espero profundizarlas aún más. Existen posibilidades de una mayor cooperación en áreas como defensa e innovación. También nos complace que el Gripen se esté considerando como alternativa ante la próxima adquisición de aviones de combate por parte de Perú”.

La comitiva peruana visitó instalaciones del fabricante Saab y discutió transferencias tecnológicas, ensamblaje y programas de mantenimiento industrial en suelo local. Fruto de estos diálogos, además, Perú y Suecia comenzaron a perfilar un acuerdo para cooperación policial enfocado en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado transnacional, respaldado por la apertura de una oficina de Business Sweden en Lima.

Pero el proceso no tiene solo a Suecia como interlocutor. Al día siguiente, los altos representantes peruanos se desplazaron a París para profundizar tratativas con Dassault Aviation y revisar la propuesta del Rafale F4.

El caza francés destaca por su alcance, capacidad para carga y un historial probado en operaciones, e introduce la posibilidad de una mayor integración estratégica y tecnológica con la Unión Europea.

Trascendió que la preferencia por los modelos europeos se explica porque ambos ofrecen componentes de transferencia de tecnología, formación de pilotos y técnicos, y mantenimiento nacional.

“En cualquier momento”

De acuerdo a una fuente del Ministerio de Defensa, contactada por BioBioChile, el proceso está cerca de concluir, aunque la decisión definitiva depende de la validación presupuestaria, etapa en la que se encuentra actualmente el expediente.

“Como lo ha anunciado el ministro y también el comandante general, este es un proceso. Tengo entendido, que ya está en la última parte de la certificación presupuestal. Y cuando se dé eso, yo creo que, en cualquier momento, se va a anunciar el caza elegido”, precisó la fuente.

Pese a la agenda apretada en Europa, el F-16 continúa como alternativa. Aunque la visita a Suecia y Francia marcó prioridad para los cazas europeos, la delegación peruana oficial no ha descartado públicamente la opción estadounidense.

La propuesta de Estados Unidos incluye ventajas en financiamiento militar mediante el sistema Foreign Military Sales (FMS) y soporte logístico, pero encuentra obstáculos en el alto costo de mantenimiento, la dependencia del Pentágono para repuestos y las limitaciones en transferencia de tecnología, cuestiones que podrían ser observadas por los analistas militares que siguen el proceso de cerca.

Capacidad disuasiva de Perú

El exministro y excongresista peruano Juan Sheput remarcó la importancia de restablecer la capacidad disuasiva nacional tras diferentes episodios con países vecinos, especialmente después del reciente diferendo con Colombia.

“Este reciente conflicto pintoresco para los propios colombianos, protagonizado por el presidente Gustavo Petro y su candidato presidencial, a lo que ha llevado es a repensar nuestra situación en relación a la capacidad disuasiva que tiene que tener el Perú y un poco empezar a zanjar el debate interno”, reflexionó Sheput.

Agregó: “Durante los últimos meses, a raíz de la probable adquisición de 24 aviones caza de guerra, había un diálogo interno, una suerte de debate interno, en el cual había una oposición indicando que estos no eran necesarios. Hace poco un parlamentario decía: ‘¿Con quién vamos a pelear? ¿Con los marcianos?’. Bueno, la fuerza de la realidad se está imponiendo y yo considero que, por estos días, el Perú debería pensar seriamente en recuperar esa capacidad disuasiva que al final es la garantía de la paz y elegir lo mejor”.

La reflexión de Sheput sucede en medio de la preocupación por las ventajas operativas de países limítrofes, como la reciente compra de 16 Gripen por parte de Colombia, lo que podría alterar el equilibrio militar en la región.

La seguridad nacional de Perú, que comparte frontera con Bolivia, Ecuador, Brasil, Chile y la misma Colombia, depende de una modernización capaz de cubrir sus extensos límites y proteger recursos estratégicos, según el exparlamentario.

Alianzas geopolíticas

Expertos como el teniente general FAP (r) César Gallo han puesto en valor el impacto que tendrá la decisión final, advirtiendo sobre la relevancia de las alianzas geopolíticas y la autonomía tecnológica que se derive de la compra del nuevo caza.

“El Gripen operativamente está bien. Es barato para su uso operacional, pero tendríamos una dependencia de Brasil [socio estratégico de Suecia para el desarrollo de este caza], y hoy en día sabemos que Colombia también lo va a adquirir. Tendríamos esa dependencia y ese antagonismo. Y, personalmente, yo no lo compraría. No me inclinaría por esas aeronaves”, indicó el exjefe de los escuadrones Mirage a El Montonero.

Gallo también abordó la relevancia de la conveniencia de alianzas en torno al desarrollo industrial nacional.

“Las alianzas están relacionadas a los intereses de los países. Estos pueden estar vinculados a valores históricos, a lo que produzco, a los servicios que doy al otro país, las riquezas que tengo y toda la proyección que se puede tener para hacer una alianza. Entonces, hoy en día la tendencia de estas alianzas, de estos conjuntos o países, es la transferencia de tecnología”, mencionó.

Tecnología de combate

En este escenario, para algunos expertos en defensa, el F-16 estadounidense —que también emplea la Fuerza Aérea de Chile— representa una opción valiosa en términos de interoperabilidad regional y acceso a tecnología de combate probada.

Plantean que la elección de este modelo podría facilitar la formación de alianzas dentro del bloque occidental y permitir operaciones conjuntas. Para Perú, la familiaridad en el uso de aeronaves estadounidenses, como el A-37 Dragonfly y otros modelos, sustenta el atractivo de replicar la experiencia chilena y posicionarse a la par en el desarrollo de capacidades avanzadas.

El Rafale francés, por su parte, cuenta con precedentes en la aviación peruana, vinculados a la experiencia con los Mirage, y se perfila como un candidato con capacidades sobresalientes en carga, alcance y polivalencia.

La transferencia de tecnología y la posibilidad de ensamblaje o mantenimiento nacional son contempladas como incentivos para una decisión que se considera estratégica no solo en términos militares, sino también industriales y económicos.

El panorama se completa con opciones analizadas como el KF-21 surcoreano, que destaca por su programa de transferencia tecnológica y la colaboración de la industria peruana en el ensamblaje y fabricación de componentes para aeronaves a hélice, aunque no figura entre las alternativas principales de la agenda oficial previa.

La comitiva oficial peruana prevé concluir el proceso de selección en las próximas semanas, luego de reuniones clave celebradas en Estocolmo y París, con el objetivo de anunciar la elección apenas se complete la validación presupuestal.

Las autoridades que lideran el expediente consideran la misión como prioritaria para la seguridad nacional y el desarrollo tecnológico local, y esperan que la incorporación del nuevo caza marque la mayor modernización militar peruana desde los años ochenta. Al regreso de la delegación, el Poder Ejecutivo podría dar a conocer cuál será el modelo que surcará el cielo peruano los próximos cuarenta años.