Después de 50 años, las dudas sobre la muerte del gran poeta chileno estarían en camino a ser esclarecidas gracias a las investigaciones de dos laboratorios de Canadá y Dinamarca.

En septiembre de 1973 Neftalí Reyes, conocido en el mundo como Pablo Neruda, ingresó a la Clínicas Santa María de Santiago, donde quedó hospitalizado.

El país sudamericano iniciaba por ese entonces una dictadura militar que duraría 17 años. En medio de ese oscuro pasaje de la historia chilena, el afamado poeta murió en extrañas circunstancias.

El informe médico decía que su deceso se debía al cáncer de próstata que padecía desde 1969, pero, curiosamente, su muerte ocurrió el 23 de septiembre, un día antes de salir al exilio hacia México.

Las sospechas sobre la causa de la muerte de Neruda siempre estuvieron presentes, porque un personaje como él habría sido una voz molesta para el régimen de Pinochet.

No obstante, las cosas quedaron en la nebulosa durante años.

Esto, hasta que en 2011 el Partido Comunista de Chile interpuso una denuncia para investigar lo ocurrido, luego que el chofer del poeta asegurara que Neruda fue asesinado.

Informe determina presencia de clostridium botulinum

En 2013 el cuerpo de Pablo Neruda fue exhumado para estudiar sus osamentas.

En esa oportunidad no se encontraron agentes químicos relevantes, pero en 2017 se realizó un segundo análisis a cargo de 16 expertos de diferentes países y disciplinas.

Allí se detectó la presencia de clostridium botulinum, una bacteria considerada arma biológica si se aplica a un ser humano.

Rodolfo Reyes, sobrino del poeta y abogado querellante en el caso que busca esclarecer la verdad sobre la muerte de Neruda habló con DW al respecto.

“El año 2017 se encontró una gran cantidad de clostridium botulinum en las osamentas, especialmente en un molar que permanecía intacto. Se certificó que Neruda tenía cáncer, pero que no fue el cáncer el que le quitó la vida”, dijo.

A raíz del hallazgo de este agente se ordenó un nuevo estudio, “para determinar si la bacteria era parte de una contaminación exógena o endógena”.

“El informe entregado el 28 de enero de este año por los laboratorios de las universidades McMaster, de Canadá, y Copenhague, de Dinamarca concluyeron que la bacteria no se filtró al cadáver desde el exterior, sino que ya la tenía antes de morir. Eso confirma que a Neruda lo asesinaron”, dice Rodolfo Reyes.

Sin embargo, la investigación aún continúa.

Aún se espera el veredicto de Pablo Neruda

Para la abogada Elizabeth Flores, querellante y representante de la familia “esta lucha comenzó y siempre ha buscado establecer la verdad de lo ocurrido con Neruda”.

“Si decidimos revelar el contenido del informe, que todos los otros abogados también tiene en sus manos, es porque lamentablemente en Chile hay cierta intención de que no trascienda. Nosotros hemos informado literalmente lo que dice el informe, ahora la historia tiene que hacerse cargo del contenido”, cuenta la letrada.

Ayer, 15 de febrero, se hizo entrega de la última revisión de los peritos sobre el informe realizado por los laboratorios extranjeros.

Ahora la jueza Paola Plaza debe entregar su veredicto sobre si Neruda fue asesinado o no.

Luego de recibir los documentos finales la magistrada señaló a la prensa que “esto está solo en fase de investigación”.

“No hay un plazo establecido por ley para dictar una resolución. Esta es una diligencia dentro de innumerables diligencias de prueba que se han desarrollado por una década”, agregó.

Primeras reacciones

En el mundo de la cultura Roberto Ippolito, autor de “Delito Neruda” ha celebrado el resultado preliminar del informe.

Lo anterior, considerando que la verdad sobre su muerte era “una deuda” que estaba pendiente con el afamado poeta.

Además evidencia la magnitud “de los delitos cometidos por la dictadura” de Pinochet, según dijo al diario argentino Página 12.

Mientras que el escritor Jorge Edwards se mostró sorprendido por las revelaciones científicas sobre la muerte de su amigo, según consigna el medio chileno La Tercera.

Por otra parte, en el mundo político parece que reina el silencio sobre las conclusiones del último análisis a las osamentas de Neruda.

“He renacido muchas veces, desde el fondo

de estrellas derrotadas, reconstruyendo el hilo

de las eternidades que poblé con mis manos,

y ahora voy a morir, sin nada más, con tierra

sobre mi cuerpo, destinado a ser tierra”. (…).

(“La Muerte”, Pablo Neruda)