Hasta el momento, con datos de la Defensoría del Pueblo y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 63 personas han perdido la vida en medio de esta nueva crisis que azota a Perú.

El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a las autoridades peruanas “que lleven a cabo investigaciones rápidas, efectivas e imparciales” de las muertes registradas en las protestas en el país, que llevan varias semanas.

En un mensaje emitido por su portavoz pidió además “que se evite la estigmatización de las víctimas” y reiteró su “gran preocupación” por la situación en el país y por el número de muertes producidas.

Específicamente solicitó a las autoridades “que cumplan con sus compromisos internacionales en materia de Derechos Humanos” y reiteró que las medidas de suspensión del derecho de reunión pacífica “deben limitarse a lo estrictamente requerido por la situación y ser coherentes con otras obligaciones del derecho internacional”.

El llamamiento de Guterres contiene además una frase que parece dirigida a los manifestantes, cuando dice que las demostraciones “deben desarrollarse de manera pacífica, respetando el derecho a la vida y a la protesta”.

El secretario general subrayó igualmente que es fundamental “generar las condiciones para un diálogo significativo e inclusivo” que permita abordar la crisis actual.

Hasta la fecha, según datos de la Defensoría del Pueblo peruana, 46 personas que participaban en las protestas han fallecido en los enfrentamientos, mientras que un policía murió tras ser quemado vivo por manifestantes.

A estas víctimas se suman ahora diez decesos en sucesos relacionados con los bloqueos de carreteras y una muerte ocurrida en la norteña región de La Libertad, confirmada por la policía.

Asimismo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) reportó la muerte de cuatro haitianos que no pudieron recibir asistencia médica por los bloqueos de carreteras, además de un bebé nonato confirmado por Unicef.