“Me quebré”, reconoció este miércoles el joven dramaturgo Yunior García Aguilera, principal promotor de la fallida marcha disidente del 15 de noviembre en Cuba, en sus primeras declaraciones desde España, a donde llegó este miércoles sorpresivamente.

Posteriormente, este jueves, el líder opositor pidió madurar la relación con Cuba, “porque el matrimonio entre el gobierno y el pueblo se ha convertido en un matrimonio fallido” y porque el país “es una dictadura”.

“La revolución devoró a sus hijos y a sus nietos”, dijo García Aguilera relatando los abusos por parte del gobierno cubano y destacó el “estallido social” que se dio en Cuba el pasado 11 de julio.

“Me quebré”

El opositor de 39 años explicó que le superaron “las horas sin dormir, el acoso, la falta de comunicación, las amenazas”, en referencia a la campaña de presión física y mediática que sufrió en los días anteriores al 15 de noviembre, en los que turbas pro Gobierno llegaron a sitiar su vivienda en La Habana.

“Quizás no estaba preparado para eso”, afirmó García Aguilera desde una casa que le ha brindado una organización en España, afirmó sin dar más detalles, en su intervención en directo a través de la plataforma Youtube.

El opositor aseguró que la decisión de salir de Cuba fue exclusivamente suya y aclaró que había solicitado con antelación un visado para viajar a España después de recibir amenazas de cárcel de las autoridades cubanas.

Criticó al Gobierno cubano y a sus partidarios, que reaccionaron con júbilo y burlas a la noticia de su marcha: “han celebrado mi salida como una victoria para ellos. Lo que ha ganado es el terror. Pero, ¿por cuánto tiempo puede ganar ese terror?”, declaró.

También recordó que en Cuba siguen encarcelados miembros de Archipiélago (colectivo que llamó a la marcha del pasado lunes), como Daniela Rojo, y persiste la represión a disidentes, como en el caso de la curadora de arte Carolina Barrero, que asegura llevar 200 días sometida a arresto domiciliario.

El joven llamó a “los cubanos de bien” a no dejarse ganar por la “rabia” al subrayar que “no se puede construir un país mejor lleno de rabia”.

“No voy a parar”, indicó el impulsor de la marcha ilegalizada con la cual incomodó al Gobierno cubano, que la declaró “ilícita” y la vinculó con EE.UU.

García Aguilera aseguró además que sus ideas, principios y objetivos seguirían “intactos”, pese a los momentos “muy duros” que vivió.

Lamentó que Cuba sea un país “donde todo el mundo sospecha de todo el mundo”, y prometió ofrecer más detalles sobre su precipitada salida.

“Cuba no necesita más muertos”, expresó al confesar que había pensado mucho en el opositor cubano Oswaldo Payá (1952-2012) fallecido en extrañas circunstancias.

En otro momento aclaró que nunca ha sido el tipo más “guapo (valiente) del aula”, sino un creador.

Su viaje a España tuvo lugar después de la protesta convocada por el colectivo Archipiélago para exigir un cambio político en la isla, que finalmente no tuvo seguimiento.

La decisión, que tomó por sorpresa a muchos, incluidos los miembros del grupo Archipiélago, generó críticas y reacciones de apoyo al mismo tiempo.

Al respecto, García Aguilera comentó que intentaba entender a aquellos que dudan, tienen interrogantes y de sienten decepcionados. “No soy una máquina, soy una persona”, sentenció.

Los convocantes atribuyeron el fracaso de la iniciativa a la intensa campaña de interrogatorios, amenazas de cárcel y actos de repudio (intimidaciones colectivas con gritos y amenazas similares a escraches) llevada a cabo por las autoridades los días anteriores.

García Aguilera permaneció encerrado en su casa durante toda la jornada del lunes 15, después de sufrir el domingo varios actos de repudio en su domicilio, donde las turbas le amenazaron, le impidieron salir y taparon sus ventanas con una bandera cubana gigante.