El Gobierno cubano logró este lunes sofocar casi por completo la protesta promovida por la disidencia con un fuerte dispositivo policial en las principales ciudades, mítines de repudio, detenciones de opositores y bloqueos en las casas de activistas y periodistas independientes.

Las calles de la capital aparecían especialmente calmadas sobre las 15:00 horas locales, cuando se suponía que debía arrancar la marcha cívica del 15N en busca de un cambio político que convocó el colectivo Archipiélago y no autorizó el Gobierno.

La presencia policial en las calles del centro capitalino era mayor de la habitual y en parques y esquinas vigilaban apostados agentes de la seguridad del Estado vestidos de civil.

Las autoridades de Cuba impidieron la manifestación contra el gobierno a través de detenciones de opositores. El régimen de la isla se felicitó por la “fallida” operación para “subvertir el orden interno”, mientras que Estados Unidos deploró las “técnicas de intimidación” para “silenciar la voz del pueblo cubano”.

“Sobre la una de la tarde decidió salir para incorporarse a la marcha y ahí mismo fue interceptado a la salida de la casa por un oficial de la seguridad del Estado y lo montaron a la patrulla. No sé a dónde se lo llevaron, no tengo noticias”, contó a Radio Francia Internacional Nairobi Scheri, esposa del vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática Manuel Cuesta Morúa. “No sabemos qué puede pasar, están muy amenazantes -agregó- dicen que nos van a meter presos, que nos van a desaparecer”.

No fue un caso aislado. La líder del movimiento disidente Damas de Blanco, Berta Soler, y su marido, el expreso político Ángel Moya, también fueron detenidos, según anunció en Twitter la disidente Martha Beatriz Roque. La historiadora de arte y activista Carolina Barrero, impedida de salir de su casa desde hace 200 días, también fue arrestada, anunció el movimiento 27N al que pertenece. Otro disidente, Guillermo Fariñas, está detenido desde el viernes.

Muchos opositores, promotores de la manifestación y periodistas independientes dijeron haber sido bloqueados en sus casas por agentes de la Seguridad del Estado. Algunos cubanos postearon en redes sociales sus fotos vestidos de blanco, de acuerdo con la convocatoria, pero en general no respondieron al llamado.

El dramaturgo Yunior García, de 39 años, fundador de Archipiélago y punta de lanza de una nueva generación de disidentes cubanos impulsada por el auge de las redes sociales, seguía el lunes impedido de salir de su casa por agentes de seguridad vestidos de civil. Su plan de salir el domingo a marchar sólo con una rosa blanca en la mano fue cancelado por agentes de seguridad que bloquearon su edificio.

“Operación fallida”

El régimen cubano se congratuló por impedir la manifestación. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció una “operación fallida”, luego de que el gobierno comunista haya acusado durante semanas a Estados Unidos de querer desestabilizar Cuba con esta manifestación, convocada para reclamar la liberación de los presos políticos.

“Algunos de mis colegas en Washington parece que se quedaron vestidos para nada, para la fiesta suya que no ha ocurrido”, dijo Rodríguez en una transmisión en vivo de Facebook.

El presidente Miguel Díaz-Canel, que asistió el lunes a una ceremonia de la reinauguración del ciclo escolar en Ciudad Libertad, al oeste de La Habana, había denunciado el domingo la intención de “subvertir el orden interno” y “campañas mediáticas contra Cuba”.

Las autoridades habían prohibido la manifestación y amenazado a los organizadores -el grupo de debate político Archipiélago que cuenta con 37.000 miembros dentro y fuera de Cuba- con sanciones penales.

“Técnicas de intimidación”

Desde Estados Unidos, Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, señaló en un comunicado que el gobierno cubano recurrió “a duras penas de prisión, a detenciones esporádicas y a técnicas de intimidación (…) en su intento de silenciar la voz del pueblo cubano”.

Francia también urgió el lunes en un comunicado a La Habana a “garantizar el derecho de la población cubana a reunirse y manifestarse pacíficamente”, señalando que sigue “con preocupación” la situación.

Este llamado ocurre cuatro meses después de las históricas y espontáneas manifestaciones del 11 de julio, que dejaron un muerto, decenas de heridos y 1.270 personas detenidas, de las cuales 658 siguen en prisión, según la ONG de defensa de derechos humanos Cubalex.