El presidente de Ecuador nombró el miércoles al médico Camilo Salinas como nuevo ministro de Salud, el cuarto en casi dos meses, luego de que un escándalo por ancianos en largas filas para recibir la vacuna anticovid forzara la renuncia del responsable anterior.

Cuatro ministros en menos de 40 días. El manejo de la pandemia de covid 19 se refleja en una inestabilidad crónica en el ministro de Salud del Ecuador.

Ese miércoles, la mala organización de la campaña de vacunación de las personas de la tercera edad costó el puesto a Mauro Falconí, nombrado hace apenas tres semanas.

Sea en los noticieros o en las redes sociales, las mismas imágenes se han multiplicado ese miércoles. Ancianos forzados a esperar en la calle, de pie, expuestos al sol o a la lluvia, criticando las autoridades y exigiendo respeto.

En el hospital de Calderón al norte de Quito, personas convocadas a las 14:00 horas seguían esperando una inyección a las 20:00, cuando inicia el toque de queda.

En mitad de los empujones, trabajadores estresados del hospital explicaron que las dosis llegaron muy tarde y que necesitaban tiempo para descongelarse.

“Respeto para nuestros ancianos”

Con máscara pero cero distancia de seguridad, los ancianos y sus familiares forcejeaban a la entrada del hospital sin saber si quedarse o irse.

En Guayaquil, algunas personas enfermas tuvieron que recargar su tanque de oxígeno en la calle a causa de un tiempo de espera promedio de tres a cinco horas.

Tras pedir un “máximo de respeto para nuestros ancianos” en un tweet, el presidente Lenin Moreno exigió la renuncia al ministro Mauro Falconí.

Su sucesor, Camilo Salinas, fue encargado de dar mejor trato a la población y velocidad a una de las campañas de vacunación más lenta del mundo con apenas 300.000 personas inyectadas.

Falconí asumió la cartera de Salud luego de que renunciara Rodolfo Farfán en medio de un escándalo por la aplicación de vacunas anticovid a personas que no pertenecían a grupos prioritarios.

A ellos les antecedió Juan Carlos Zevallos, quien viajó a Estados Unidos al dimitir el 26 de febrero luego de reconocer que su madre y “varios” de sus familiares fueron vacunados con las primeras dosis recibidas por Ecuador.

Según el plan del gobierno, la vacunación debía empezar por el personal médico de primera línea y de centros geriátricos. Sin embargo, se conoció que académicos, veteranos políticos, periodistas y dirigentes deportivos fueron tomados en cuenta para la inmunización.

Tras esa revelación, la Fiscalía ecuatoriana inició una indagación por el supuesto tráfico de influencias para las inmunizaciones.

Ecuador, que enfrenta una nueva ola de covid-19, volvió desde la semana pasada a imponer un toque de queda de nueve horas en ocho de las 24 provincias del país, que concentran un 70% de los 17,4 millones de habitantes.