Este viernes se cumplieron 4 años de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien apareció sin vida y con un disparo en su cabeza el 18 de enero de 2015, días antes de presentar ante el Congreso las pruebas de su investigación contra la expresidenta Cristina Fernández por su colaboración para encubrir a los responsables iraníes del atentado a la AMIA en 1994 que dejó más de 80 muertos.

El caso conmocionó a la opinión pública en Argentina y desde el primer momento se dudó de la primera versión, que hablaba de un suicidio. Sólo en junio de 2018, la Cámara Federal ratificó que Nisman había sido asesinado por denunciar a Fernández, aunque de momento ninguna autoridad ha sido relacionada con la ejecución del crimen.

El único imputado en el caso es el técnico informático que trabajaba junto a Nisman, Diego Lagomarsino, quien era el propietario el arma de fuego usada en la muerte del fiscal.

Diego Lagomarsino | ARCHIVO | Agence France-Presse
Diego Lagomarsino | ARCHIVO | Agence France-Presse

A cuatro años del crimen, el único acusado ha dicho que espera con ansia el juicio para demostrar su inocencia y explica que lo que vive actualmente “no es vida”, en una entrevista a Radio Con Vos, consigna diario Clarín de Argentina.

“La tragedia de mi vida se inicia un día como ayer, hace cuatro años. Mi vida hoy no es vida (…) Cuando dicen que fui parte de un súper plan homicida me pregunto si saben por qué me cagaría la vida para siempre de esa manera. No existe dinero ni motivo por el que uno haga algo así”, señaló.

En la misma línea, dice que por lo que ha sabido de Nisman tras su muerte considera que sí tenía motivos para quitarse la vida, debido a diferentes problemas personales

Yo le perdoné a Alberto Nisman el quilombo en el que me metió al usar mi arma para matarse. Traicionó mi confianza, pero yo lo perdoné. Alberto tuvo muchos motivos para quitarse la vida, lo supe después de leer el expediente y de ir conociendo cuestiones que me dieron mucha pena”, agregó.