El gobierno de Venezuela calificó este sábado de “patrañas” las críticas a las reformas económicas anunciadas por el presidente Nicolás Maduro, ante dudas de especialistas sobre su viabilidad.

“No le hagan caso a patrañas”, dijo en rueda de prensa el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez.

A la espera de la entrada en vigencia de nuevos billetes que restan cinco ceros al bolívar, prevista para el lunes, Maduro anunció el viernes que multiplicará por 34 el salario mínimo al “anclarlo” al petro, criptomoneda que lanzó su gobierno en busca de financiamento.

Rodríguez aseguró que el Estado cuenta con los recursos para ejecutar el plan económico del mandatario, que incluye un nuevo sistema cambiario que según expertos implica una macrodevaluación, revisión del precio de la gasolina y alzas de impuestos.

“Vía ingresos petroleros, vía tributos, vía cobro de la gasolina (…), vamos a poder financiar con creces el programa”, expresó el funcionario.

Maduro fijó el nuevo salario en medio petro, equivalente a 1.800 de los bolívares que entrarán en circulación el lunes. Así, en los bolívares de hoy, el ingreso mínimo pasaría de 5,2 millones (menos de un dólar a la tasa del mercado negro, que domina la economía) a 180 millones, unos 28 dólares, es decir, cerca de 18 mil pesos chilenos.

Maduro dijo que el gobierno asumiría por 90 días el enorme diferencial “en la pequeña y mediana industria”, carga que economistas como Henkel García consideran imposible de cubrir con un déficit cercano al 20% del PIB y sin acceso a financiamiento internacional.

Sin embargo, Rodríguez aseveró que no habrá emisiones de dinero sin respaldo, que expertos consideran la raíz de una hiperinflación que el FMI proyecta en 1.000.000% para 2018.

El ministro, por otra parte, anunció que 300 casas de cambio serán abiertas en hoteles, aeropuertos y centros comerciales para permitir “cambiar libremente” divisas. No dio plazos.

El anuncio se produjo tras la derogación de una ley que penalizaba con multas y cárcel de hasta 15 años operaciones al margen de un férreo control de cambio vigente desde 2003.

Sobre el aumento del precio del combustible, en un país donde con un dólar en el mercado negro se compran más de seis millones de litros, Rodríguez aseveró que la gasolina “seguirá siendo la más barata del mundo” a través del “carnet de la patria”, tarjeta electrónica para acceder a programas sociales considerada por la oposición como un mecanismo de “control social”.

Quien no tenga el carnet y no registre su vehículo en un censo que el gobierno realizará hasta el 30 de agosto deberá pagar la nafta a “precios internacionales”, advirtió Maduro.