Cuba se prepara para reconocer al mercado como parte de su economía socialista, en un proyecto de nueva Constitución que su Asamblea Nacional aprobará este fin de semana, con el extremo cuidado de no salir de su cauce ideológico.

“En Cuba no hay ni habrá giros capitalistas”, enfatizó recientemente el presidente Miguel Díaz-Canel, dejando claro que la doctrina que rige los destinos de la isla tras el triunfo de la revolución en 1959, no cambia.

Así, el proyecto reafirma “el carácter socialista” del sistema político, económico y social, y el papel rector del gobernante y único Partido Comunista de Cuba (PCC) “como fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado”.

Sin embargo, las reformas económicas iniciadas por su antecesor Raúl Castro desde el 2008 y que ahora Díaz-Canel debe continuar, requieren de un piso legal que no existe en la Carta Magna que data de 1976.

“Que el mercado tenga mayor importancia y juegue un papel trascendental en el proyecto económico y social de Cuba era algo que se esperaba” en la nueva Constitución, dijo a la agencia AFP el abogado constitucionalista José Antonio Fernández.

El proyecto de 224 artículos, elaborado por una comisión parlamentaria que dirigieron Castro y Díaz-Canel, será votado por la Asamblea Nacional este fin de semana y luego sometido a un referendo popular antes de su aprobación final.

Propiedad privada

Luego de casi cuatro décadas de propiedad mayoritariamente estatal, las reformas de Raúl Castro impulsaron el trabajo privado, que hoy abarca a 591.000 personas y representa el 13% de la fuerza laboral del país.

La entrega de nuevas licencias para negocios particulares estuvo detenida por casi un año hasta reabrirse la semana pasada, con limitaciones de un permiso por ciudadano, que apuntaría a evitar la acumulación de riqueza personal. Además regulan el pago de impuestos.

El proyecto de Constitución “añade el reconocimiento del papel del mercado y de nuevas formas de propiedad, entre ellas la privada”, señaló un resumen del texto publicado en el diario oficial Granma. Ello permitirá la legalización de la pequeña y mediana empresa.

Asimismo, agregó, admite “la importancia de la inversión extranjera para el desarrollo económico del país”, un mecanismo que ya existía pero sólo como complemento a la inversión estatal a través de sociedades mixtas con el Estado o de capital exclusivamente extranjero.

“Espero que la Constitución limite al mercado para que el mercado haga que el país se desarrolle y que no ahogue el carácter humanista de la revolución”, dijo Fernández.

El Primer Ministro

La nueva Constitución repondrá la figura del presidente de la República, actualmente llamado presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Este continuará siendo elegido de entre los diputados de la Asamblea Nacional, “órgano supremo del poder del Estado”, y cuyos miembros son ratificados por la ciudadanía en una votación donde el número de candidatos equivale a igual número de escaños.

Además se creará el cargo de primer ministro, aunque no se han entregado detalles de cómo será su designación.

“No va a ser una figura cualquiera. Tal vez lo que se quiera con esto es quitarle responsabilidades ejecutivas o administrativas al presidente. Puede ayudar a equilibrar el tema de la concentración de poderes”, opinó Fernández.

En la sesión de la Asamblea Nacional del sábado 21 se presentará al nuevo Consejo de Ministros de Díaz-Canel. Este consejo tiene cinco vicepresidentes, entre los cuales podría estar el futuro primer ministro.

Identidad de género

La nueva Carta Magna será explícita en el derecho a la no discriminación por identidad de género, según Granma.

“Espero que el capítulo de familia, donde aparecía una conceptualización totalmente heterosexual del matrimonio, abra la puerta al matrimonio y a la adopción igualitaria”, dijo Fernández.

En el nuevo texto constitucional Cuba se reconocerá como un estado socialista de derecho, democrático, independiente y soberano.

“Reconocer en el 2018 que Cuba es un Estado de derecho es una victoria tremenda de la democracia.
Pero hace falta que luego vengan leyes y el ordenamiento jurídico cubano”, consideró Fernández.

Entre ellas, menciona “la regulación de las relaciones políticas y sociales, las garantías a los derechos humanos, libertad de prensa y palabra y ejercicio del libre pensamiento”.

Esos temas han sido materia de debate en las redes sociales, tras un reciente discurso de Díaz-Canel en un congreso de periodistas donde criticó a quienes hacen prensa fuera del Estado y fomentan la desunión.

“Se es o no se es, desde los tiempos de Shakespeare”, aseguró Díaz-Canel refiriéndose a los revolucionarios, en una clara señal de que los cambios constitucionales no vienen por el lado ideológico.