Este martes, el gobierno del presidente Joe Biden aprobó una venta de armas por casi US$200 millones a Egipto, pero se comprometió a presionar en materia de Derechos Humanos después que un activista estadounidense denunciara que autoridades locales acosan a su familia.

El gobierno de Biden, que se comprometió a dejar de apoyar las operaciones saudíes en el conflicto de Yemen y está reexaminando una venta de aviones de combate a los Emiratos Árabes Unidos, dijo que aprobó la venta de 168 misiles tácticos a Egipto.

En un comunicado, el Departamento de Estado anunció que había aprobado la venta, sujeta a la revisión del Congreso, porque Egipto “sigue siendo un importante socio estratégico en Medio Oriente”.

Un abogado de Mohamed Soltan, el activista con ciudadanía estadounidense que presentó una demanda en Estados Unidos por presuntas torturas en cárceles egipcias, dijo que policías vestidos de civil irrumpieron el domingo en el domicilio de seis miembros de su familia, llevándose detenidos a dos primos.

El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, indicó que Estados Unidos había sido informado y estaba “estudiando” el caso.

“Nos tomamos muy en serio las denuncias de detenciones arbitrarias”, dijo a los periodistas.

“Llevaremos nuestros valores a todas las relaciones que mantengamos en el mundo. Esto incluye a nuestros socios de seguridad cercanos. Eso incluye a Egipto”, añadió.

Soltan, hijo de un miembro del movimiento Hermanos Musulmanes, ahora prohibido en Egipto, fue detenido en agosto de 2013 después que Abdel Fatah al Sissi depusiera al islamista Mohamed Morsi, quien había sido electo presidente en las elecciones.

En 2015, Soltan fue liberado y deportado a Estados Unidos tras renunciar a su ciudadanía egipcia.

El activista presentó una demanda en un tribunal estadounidense en junio, y en enero colaboró con miembros del Congreso de Estados Unidos para formar un grupo de trabajo parlamentario dedicado a promover los Derechos Humanos en Egipto.