A meses de que se conmemoren 10 años de la muerte de Felipe Camiroaga, su hermana Soledad Camiroaga recordó este domingo a través de redes una crítica carta que escribió junto a su familia en 2013, a dos años del fallecimiento del animador. “La hora del Halcón ha terminado, es la hora de los buitres”, señalaron.

El escrito, según manifestó Soledad en Instagram, fue enviado como carta a El Mercurio “expresando nuestro agradecimiento a quienes han sido respetuosos de su vida privada mientras él vivió”.

En ella, los cercanos a Camiroaga apuntaron a los medios de comunicación, la prensa del espectáculo y los escritores que, tras su muerte, publicaron biografías.

“Son días de recuerdo, días de duelo, de dolor aún. Hay un vacío en la vida de quienes le amamos y recordamos. Y un dolor añadido con el inevitable circo mediático, el coro estrepitoso y oportunista de la farándula”, indicaron en ese momento.

Respecto de las biografías que más tarde surgieron, señalaron que “seguro que en ellas también habrá verdad, pero también engaño y distorsión, inevitable oportunismo y negocio, habrá farándula de la farándula y escándalo, voces destempladas del silencio con que él vivió discretamente su intimidad”.

“Para nosotros la hora del Halcón ha terminado, es la hora de los buitres”, sentenciaron.

Lee la carta completa a continuación:

El accidente

Recordemos que Felipe Camiroaga falleció el 2 de septiembre de 2011 a los 44 años, en el fatídico accidente del avión Casa-212 que lo llevaría hasta el Archipiélago Juan Fernández.

Junto a él murió el periodista del matinal Buenos días a todos Roberto Bruce, además de un equipo del programa, voluntarios del Desafío Levantemos Chile, funcionarios del Consejo de la Cultura y las Artes y personal de la Fuerza Aérea de Chile.

El lunes pasado, en tanto, la Corte de Apelaciones de Valparaíso ordenó al Fisco a indemnizar a los familiares de las víctimas de la tragedia, luego que el tribunal revocara la resolución del Tercer Juzgado Civil que “rechazó las indemnizaciones por lucro cesante y daño moral deducidas por familiares de las víctimas”.

La Primera Sala de la Corte determinó que “la suma tenga la aptitud de permitir a las víctimas superar – de ser posible – el daño causado, la que se estima en $150.000.000 para cada uno de los actores señalados” ($6.900.000.000 entre 46 personas).