Este jueves Espías del amor mostró el caso de Soledad, una mujer que se enamoró de Mónica, una joven mexicana a quien conoció a través de un chat.

Mantuvieron una relación durante seis meses, antes de que Soledad decidiera pedirle ayuda al programa para conocer a su novia, quien según le comentó había luchado contra dos cáncer y debía realizarse transfusiones de sangre de forma continua.

La chilena llegó a México con mucha esperanza, sin embargo, las cosas fueron cambiando poco a poco cuando se descubrió que Mónica no se atendía en el hospital que ella le había dicho y que tampoco estaba al cuidado de la enfermera que le había mencionado.

Sin embargo, lo que más molestó a Soledad fue que la joven se hubiese reunido con una amiga de nombre Priscila, a quien ella “le había prohibido” ver.

Después de unos días, Soledad se encontró con Mónica, y a pesar que la mexicana se mostró sorprendida con la visita, la recibió con un abrazo y una sonrisa. La situación se complicó a los pocos segundos, pues Soledad le pidió explicaciones por las mentiras y tomó una actitud bastante hostil.

Mientras César intentaba aclarar la situación, Soledad le tiró a su novia las argollas de matrimonio que había comprado para pedirle que se casara con ella.

Tras el enfrentamiento, el equipo decidió volver a Chile, pero la noche antes de tomar un vuelo a Santiago, Soledad desapareció y la producción no tuvo más contacto con ella.

La mujer perdió el avión y se quedó en México sin entregar mayores explicaciones.

Dos meses después volvió a tomar contacto con el programa para pedirles ayuda para regresar al país, pues Mónica, con quien se había quedado todo ese tiempo, la había echado de su departamento y había tenido que dormir en la calle durante tres días.

Por supuesto, el equipo la ayudó a volver y una vez que estuvo de regreso a Santiago, le pidieron respuestas. La mujer señaló que tuvo una relación bastante compleja con su novia y que tras una fuerte pelea terminaron.

Mónica, por su parte, envió un mensaje al mismo programa donde acusó a Soledad de haberla agredido e incluso mostró imágenes de su cuerpo con moretones, asegurando que también había hecho la denuncia ante las autoridades.

La chilena aseguró que si bien habían peleado, no la golpeó y que había sido la misma joven quien se autoinfirió las heridas, y que esta no era la primera vez, pues la mexicana solía manipularla con lastimarse o incluso suicidarse si terminaban la relación.

Luego de volver a Chile, Soledad comenzó una nueva vida.