Sorpresa han causado las recientes declaraciones de Salma Hayek sobre el rodaje de “La balada del pistolero”, el recordado filme de Robert Rodríguez donde compartió pantalla con Antonio Banderas.

La actriz desclasificó en el podcast “Armchair Expert” lo incómoda que se sintió filmando una de las escenas eróticas de la trama (cuando su personaje mantiene relaciones sexuales con “el mariachi”), de la cual se enteró sólo cuando la producción ya estaba en curso.

El compromiso con Rodríguez, a quien considera su “hermano”, era que sólo los involucrados estarían presentes en la secuencia, por lo que accedió a grabarla sin mayores problemas.

“Entonces, cuando íbamos a filmar, empecé a llorar”, recordó Hayek. “No sé si puedo hacerlo. Tengo miedo”, le confesó al director.

Consultada por las razones de su temor, la azteca aclaró: “Una de las cosas a las que tenía miedo era a Antonio… Era un caballero absoluto y muy amable, y todavía somos amigos muy cercanos, pero él era muy libre. Me asustaba que para él fuera como si nada”, recordó.

“Empecé a llorar y él me dijo: ‘Dios mío, me estás haciendo sentir terrible’. Y estaba tan avergonzado que estaba llorando (también)”, agregó.

Según Hayek, Rodríguez y Banderas “fueron increíbles” con ella, aunque aseguró que se trató de un momento traumático y complejo de su carrera.

“No podía soltar la toalla. Ellos intentaban hacerme reír. (Pero) me la quitaba dos segundos, y comenzaba a llorar de nuevo. Pero lo superamos”, añadió.

A pesar de lo anterior, la actriz agradeció el apoyo recibido del cineasta y del actor español, a quienes desligó de cualquier conducta vejatoria. “Hicimos lo mejor que pudimos en ese momento”, dijo.