Ripley tiene cerca de 50 tiendas a lo largo de Chile, las cuales están todas cerradas producto de la crisis sanitaria. Por estos días ha potenciado sus canales de venta online.

Ante ello, indicaron desde la empresa, acordó sólo con parte de sus trabajadores acogerse a la nueva Ley de Protección del Empleo, ya que la medida no dejó a todos satisfechos. De hecho, las negociaciones siguen en curso.

El retailer se comprometió a no desvincular a ningún colaborador, a seguir pagando las cotizaciones previsionales y de salud -tal como lo exige el estatuto-, a retomar la relación laboral una vez culminada la crisis y a otorgarles un bono base, al que se sumará un monto proporcional conforme a la jornada de cada trabajador.

Los trabajadores de Ripley se agrupan en seis sindicatos y dos no estuvieron de acuerdo con lo ofrecido.

Feser, sindicato que representa a trabajadores de seis ciudades, comunicó su descontento con lo ofrecido, argumentando su preocupación por tener que usar el Seguro de Cesantía.

“Nuestra organización intentó agotar las instancias de diálogo, con el fin de buscar alternativas para no utilizar los fondos de cesantía. Se lograron subir bonos, correr cuotas de préstamos internos y otras medidas paliativas pero, en línea de asumir su rol social, esta vez la empresa quedó al debe”, expresaron en una misiva difundida a los medios.

En particular, la crítica de este sindicato apunta a lo que estipula la nueva ley, por lo que espera que la empresa evite aplicarla.

De momento, Ripley seguirá negociando con sus sindicatos con el objetivo de aglutinar la mayor cantidad de acuerdos.