La compañía Johnson&Johnson y tres distribuidores estadounidenses de medicamentos acusados de alimentar la epidemia de opiáceos están dispuestas a pagar 26.000 millones de dólares para saldar miles de demandas judiciales, anunció el miércoles la fiscal general del estado de Nueva York.

J&J aceptó pagar 5.000 millones de dólares en nueve años, y los tres distribuidores 21.000 millones en 18 años, para poner fin a unas 4.000 demandas judiciales lanzadas por varios estados y comunidades del país, dijo la fiscal Letitia James en un comunicado.

“Johnson & Johnson, McKesson, Cardinal Health, y Amerisource Bergen no solo ayudaron a encender el fósforo, pero siguieron alimentando el fuego de la adicción a los opiáceos durante más de dos décadas. Hoy, hacemos que rindan cuentas”, dijo James.

El acuerdo, que ya fue aprobado por Nueva York, debe aún recibir el visto bueno de varios estados en un plazo de 30 días, y de numerosas comunidades en 150 días.

La promoción agresiva de medicamentos contra el dolor muy adictivos desde mediados de la década de 1990 es considerada por muchos como el desencadenante de la crisis de los opiáceos, que ha provocado más de 500.000 muertes por sobredosis en los últimos 20 años en Estados Unidos.

Todas las partes de la red de distribución -grandes laboratorios como Purdue, J&J, Teva, Allergan o Endo, los principales distribuidores, redes de farmacias y médicos- son blanco de demandas judiciales, acusados de banalizar los medicamentos antes reservados al tratamiento de las enfermedades más graves.

Al tornarse adictos a estos opiáceos entregados con receta médica, muchos pacientes comenzaron a consumir luego potentes derivados ilícitos como la heroína o el fentanilo, en el origen de muchas sobredosis.

La epidemia se agravó durante la pandemia de coronavirus: más de 93.000 personas murieron por sobredosis ligadas en gran parte a los opiáceos en 2020, según estadísticas publicadas el miércoles pasado.

De los 26.000 millones, Nueva York recibirá 1.250 millones bajo acuerdos previamente anunciados con las cuatro empresas. El dinero será destinado a la prevención y tratamiento de la adicción a los opiáceos.

El acuerdo también prevé cambios en la industria farmacéutica para hacer frente a la epidemia y evitar que se repita.

“Johnson & Johnson dejará de vender opiáceos a nivel nacional, y McKesson, Cardinal Health, y Amerisource Bergen finalmente han acordado coordinar y compartir su información con un monitor independiente para garantizar que este incendio no se extienda aún más”, dijo James.

“Aunque no hay dinero que pueda compensar los cientos de miles de vidas perdidas o los millones de personas que se han tornado adictas a los opiáceos, podemos tomar todas las acciones posibles para evitar más devastación en el futuro”, concluyó.