Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ubicó a Chile como el país con mayor índice de desarrollo humano en América del Sur, seguido de Argentina y Uruguay, dejándolo en el lugar 42 del ránking mundial. Sin embargo, también revela que tiene la mayor desigualdad en ingresos de la región, en general, y por brecha de género.

El primer índice relacionado a factores como la esperanza de vida al nacer, los logros y niveles educativos y la distribución de los ingresos para establecer una comparación entre los 189 que lo componen, sitúa a Chile como la nación con los mejores valores de Sudamérica.

El segundo, en cambio, que ajusta los valores de estas tres dimensiones de acuerdo a la desigualdad, hace que el país retroceda catorce puestos. Fundamentalmente porque se establece que Chile tiene la mayor diferencia de ingresos entre los 50 países con un desarrollo humano considerado “muy alto”, y también lidera la brecha de género, con una diferencia de casi 14 mil dólares en el ingreso nacional bruto per cápita, entre hombres y mujeres.

Así lo explicó el sociólogo e investigador del Programa, Matías Cociña, detallando que la desigualdad en Chile se expresa en condiciones pre mercado laboral, en el mercado laboral, y posteriores, muchas de ellas respecto a problemas estructurales del modelo.

“De los 50 países de mayor nivel de desarrollo humano, Chile es el que tiene mayor desigualdad de ingresos. Una fracción importante de las desigualdades que se observan tienen su origen incluso antes que la gente nazca”, sostuvo.

En cuanto a la brecha salarial por género, una de las cifras donde Chile mostró más retraso, la investigadora y académica del Instituto de Economía de la Universidad Católica, Jeanne Lafortune, sostuvo que este aspecto no se puede descuidar, puesto que está relacionado directamente con una distribución más equitativa de los ingresos hacia los hogares más empobrecidos.

Respecto a la equidad, el doctor Cristián Parker, sociólogo y vicerrector de Postgrado de la Universidad de Santiago, señaló que en el contexto social que vive Chile y Latinoamérica en general, urgen reformas estructurales, para lo cual se requiere en primer lugar una disposición real del poder político, como también del empresariado, y el movimiento social.

“Esos sistemas que tienen un comportamiento tipo oligárquico son los que están diciendo ‘sí, tenemos que compartir privilegios’ pero, ¿hasta qué punto van a ser capaces de hacerlo?”, aseveró.

Los datos contrastan con el cambio cultural que da cuenta el informe, mostrando que en áreas como la política, el acceso a la educación superior, posiciones de liderazgo en el trabajo, derechos reproductivos y violencia doméstica, Chile es el país que más ha avanzado en el porcentaje de hombres que no tienen sesgos de género, y el segundo en el caso de las mujeres.