Una fiesta total. Así recibió la hinchada de La Roja al equipo que consiguió el tremendo logro de clasificar a otra final de Copa América.
Luego del triunfo ante Colombia los nacionales llegaron hasta el hotel Renaissance Blackstone de Chicago para poder descansar.
Allí, un tumulto de gente esperó con cánticos y alentó a los seleccionados.
Entre los jugadores apareció el lesionado Pablo Hernández, quien bajó del bus, usando una bota, con mucho cuidado.