Se sabía que los perros podían oler en los humanos señales de algunos tipos de cáncer y el riesgo de coma diabético. Ahora un grupo de investigadores cree que también pueden ser entrenados para detectar la malaria en niños que aún no tienen síntomas, oliendo sus calcetines.
Investigadores de Reino Unido y expertos de la ONG Medical Detection Dogs en Gambia llevaron a cabo el experimento, que consistió en entrenar a los perros durante meses para que se detuvieran cuando olfateaban un calcetín contaminado.
Sus resultados fueron presentados el lunes en la conferencia anual de la Sociedad Estadounidense de Medicina Tropical en Nueva Orleans, Luisiana (sur).
Los calcetines -un total de 175 tomados como muestra- pertenecían a niños de Gambia, de los cuales en 30 casos habían dado positivo a la malaria, también conocida como paludismo, pero aún no habían tenido fiebre.
Puestos a prueba después de su entrenamiento, los perros identificaron correctamente 70% de los calcetines de niños infectados por el parásito de la malaria, que genera un olor particular en la piel humana y que el sensible olfato canino aparentemente logra detectar.
El objetivo de esta técnica es contar con una prueba de detección rápida, barata y no invasiva para detectar la malaria, que se transmite a través de mosquitos infectados.
La cifra anual de fallecimientos por esta enfermedad se estima en 445.000 en todo el mundo. Y el número de casos ha aumentado en los últimos años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los investigadores creen que su técnica aún puede mejorar en precisión, en la medida en que los perros serán entrenados con una cantidad mayor de calcetines.
Para el experimento, los calcetines fueron previamente congelados en Reino Unido durante el tiempo que duró el entrenamiento, lo que podría haber limitado la eficacia.
Según Steven Lindsay, un entomólogo de la Universidad británica de Durham y autor principal del estudio, la técnica podría ser utilizada algún día “en los puntos de entrada de los países, de la misma forma que los perros están entrenados para detectar fruta, verduras o drogas en los aeropuertos”.
“Esto podría ayudar a prevenir la propagación de la malaria en los países que la han erradicado y permitir que las personas que no saben que están infectadas con el parásito de la malaria reciban un medicamento” para tratarla, estimó.