La semana pasada, Jorge González dio por finalizado un ciclo que se extendió durante seis meses en Quillota, y que lo tuvo bajo un tratamiento integral de rehabilitación basado en la oxigenoterapia y una cámara hiperbárica.

Así lo reveló el diario La Tercera, donde se reconstruyó la historia sobre cómo el exlíder de Los Prisioneros abandonó momentáneamente su residencia en San Miguel para someterse al proceso.

Las sesiones se desarrollaron en la clínica Oxígeno, centro médico quillotano al que llegó gracias a la gestión del alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, fan del músico y amigo de los socios del recinto.

“Recibí una llamada de parte del alcalde (Jadue), diciendo que quería contactar urgentemente a Jorge, a raíz de que tenía la posibilidad de que llegara esta máquina a Quillota, que lo podía sanar rápidamente y con una alta probabilidad de efectividad”, recordó Harley Labra, baterista de Sol y Lluvia, quien contactó a Jadue con la familia González.

El alcalde y Germán Osorio, uno de los dueños de la clínica, le plantearon la propuesta al compositor, quien accedió a trasladarse a la Quinta Región para someterse a las más de 60 sesiones de cámara hiperbárica. “Estaba prácticamente todo el día aquí en la clínica, 100% dedicado a esto y siempre acompañado por su pareja”, comentaron funcionarios del lugar.

La rutina del músico incluía una sesión de 90 minutos en la cámara hiperbárica durante la mañana, una hora de terapia física, sesiones de fonoaudiología o fisioterapia y encuentros con una terapeuta ocupacional, quien lo ayudó a retomar una de sus prácticas predilectas: tocar guitarra, algo que no hacía desde 2015.

De acuerdo a la publicación, el resultado trajo positivos resultados para González. “Desde que tuvo la enfermedad, este es el momento en que mejor veo a Jorge, está feliz y mucho más autosuficiente. Yo bromeaba que en cualquier momento lo iban a empezar a sondear del Barcelona para llevárselo”, aseguró uno de sus cercanos.

“El tratamiento le ha hecho bien, pero lo principal es la cuestión mental de estar tranquilo y sin presión, sin la tensión de lo que significa Santiago”, agregó.

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Ensayos reunión Estadio Nacional 2001.

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