A pesar que Adolf Hitler era uno de sus admiradores confesos, la diva alemana Marlene Dietrich nunca compartió las ideas autoritarias del nazismo, y no fueron pocas las veces en que lo dejó explícito.

“Cuando abandoné Alemania oí por la radio un discurso de Hitler y fui presa de un gran malestar. No, jamás podría volver a mi país mientras semejante hombre fanatice a las masas”, comentó a su amigo y actor Douglas Fairbanks, tal como describe el libro “Marlene” de la autora Charlotte Chandler.

De acuerdo a la investigación, la protagonista de “El ángel azul” ayudó explícitamente a sus compatriotas judíos a abandonar Alemania para evitar el Holocausto; todo esto desde Estados Unidos, país donde estaba radicada y del cual se nacionalizó tiempo después.

Marlene Dietrich en "El ángel azul"
Marlene Dietrich en “El ángel azul”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Dietrich fue parte de los números artísticos que entretenían a las tropas estadounidenses en combate. Y quizás por esa cercanía, detalla su biógrafa, urdió un plan que buscaba, literalmente, eliminar al dictador del Tercer Reich.

En 1936, su idea consistía en regresar a su país de origen con la excusa de rodar una película, aunque en el fondo, su principal motivación era asesinar al Führer.

“Le demostraré lo que siento por él, haciéndole creer que estoy enamorada de él”, le confesó a Fairbanks, tal como reproduce un artículo del diario hispano La Vanguardia. Dada la admiración de Hitler, la artista creía que la tarea difícil (ganar su confianza) ya estaba hecha.

Marlene Dietrich en "El ángel azul"
Marlene Dietrich en “El ángel azul”

A pesar del rechazo que podía concitar en su círculo íntimo, la intérprete tenía fe en sus atributos. Su amigo Douglas Fairbanks cuenta que estaba dispuesta a “entrar desnuda” a su habitación si era necesario. El problema que más le preocupaba, era dónde esconder el arma del homicidio.

Según el actor, Marlene evaluaba llevar una horquilla envenenada en su pelo. De todos modos, y a pesar de la insistencia, este rehusó en ayudarla.

“Por suerte, no pudo llevar a cabo el plan porque no supo cómo completar la estrategia”, se lee en la biografía. De acuerdo a Fairbanks, Dietrich “se habría jugado la vida si hubiera sabido que tenía alguna opción de éxito”. El plan, finalmente, nunca se llevó a cabo.