El documental de Pachi Bustos (Directora de muy buen documental Cuentos sobre el futuro) aborda el caso de Haydee Oberreuter, una mujer secuestrada y brutalmente torturada por integrantes del Servicio de Inteligencia de la Armada y por la CNI (Central Nacional de Informaciones), hasta hacerla perder el hijo que llevaba en su vientre.

“Cuando tuve síntomas de pérdida, gritaban (los integrantes de la Armada) diciendo que le estaban haciendo un servicio a la Patria”, afirma Haydee Oberreuter en el documental, respecto a las torturas que sufrió en el Cuartel Silva Palma.

“Perversión sin límite”

“Con un corvo le hicieron una herida desde el pecho hasta el abdomen para que quien la vea sepa que “nosotros estuvimos ahí”

Los marinos, después de un falso fusilamiento, “jugaron” a hacerle una autopsia…

“Haydee y el pez volador” profundiza en un caso espeluznante, de una brutalidad sin límites, brutalidad acentuada por una Justicia lenta, que semana tras semana postergaba las audiencias sin entender que cada cita, que se postergaba el mismo día, era un nuevo estrés, una nueva tensión para la víctima y su entorno. No es casual que Haydee Oberreuter tuviera, en esas circunstancias, un cáncer de mamas…

Justicia “en la medida de lo posible”

Finalmente, algunos culpables son condenados a cuatro años de cárcel remitida.

Entonces Haydee Oberreuter puede, finalmente, cerrar el capítulo de 40 años en relación a su bebé en gestación asesinado por esos marinos. Así, Sebastián -como lo llama- puede tener un rito liberador, para él y para su madre.

“Haydee y el pez volador” aborda un caso brutal, de esos que explican que no se debe olvidar, que no se puede dar vuelta la hoja, que se debe saber la verdad y hacer Justicia. En este sentido, es un gran aporte.

“Haydee y el pez volador” también aporta algo nuevo, como es la lucha de una mujer por temas muy femeninos, como es el ensañamiento con su cuerpo y el asesinato del hijo que llevaba en su vientre. Por esa maternidad interrumpida, sin un duelo posible. Una lucha en la que no estuvo el padre de éste, posiblemente por miedo, algo entendible.

Grandes aportes son el mostrar la lucha de Haydee Oberreuter, el apoyo de su hija, del abogado que, por iniciativa propia, inició el juicio (Vicente Bárzana). La perseverancia. También el rito al final.

A mi juicio, sin embargo, las escenas claves son cuando Haydee Oberreuter es operada de cáncer, momentos en que aflora todo ese miedo grabado en su inconsciente producto de las torturas (más allá de las marcas en su cuerpo), un miedo que no tiene tiempo, que no olvida, que no puede “dar vuelta la hoja”, “mirar al futuro”. Un miedo real, concreto, anclado en un trauma con el que se puede convivir, pero no olvidar.

Tal vez los puntos débiles de “Haydee y el pez volador” son algunos diálogos que parecen forzados, por ejemplo un momento en que la protagonista, antes de la operación, va al cementerio a hablar con su madre. El que no se mostraran las fotos con las cicatrices (no por morbo, sino como evidencia cruda de la brutalidad) que, en forma lúcida, mantuvo guardadas un médico (“No preguntes, no dejes que preguntes. No cuentes, no dejes que cuenten”, relata que era la forma de sobrevivir en dictadura).

De “Haydee y el pez volador” (un caso increíble, potente) y de Pachi Bustos (en especial con el apoyo de Paola Castillo), habría esperado más.

Y queda una gran molestia: las penas recibidas por personas que actuaron con esa brutalidad, con ese nivel de perversión.

“Haydee y el pez volador” participa en la Competencia de Cine Chileno de Sanfic.

“Haydee y el pez volador”

Dirección: Pachi Bustos
Producción ejecutiva: Paola Castillo – María Carneiro da Cunha
Guion: Pachi Bustos – Paola Castillo
Chile-Brasil