El almirante Enrique Larrañaga respaldó la autorización otorgada a 14 empresas salmoneras para el vertimiento de peces en descomposición a 75 millas mar adentro en marzo pasado.

“Aquí existe un convenio, de Londres, que norma los vertimientos. Son muy, muy esporádicos en el mundo. Están muy restringidos y se hacen solo en condiciones muy especiales. Una de ellas es cuando está afectada la vida humana, y estos salmones que estaban en descomposición, generan un ácido que es nocivo para la vida humana, de manera que por eso las autoridades ambientales de la zona resolvieron que no era posible llevarlos a los vertederos, porque era el mismo riesgo”, sostuvo en entrevista con El Mercurio.

El jefe de la Armada fue cauto al referirse al impacto que pudo tener el vertimiento en la crisis por marea roja que hoy enfrenta la costa de Los Lagos, señalando que prefiere esperar el resultado del estudio que realizará una comisión científica independiente sobre el caso.

“Se escogió un punto que estaba a 75 millas del faro Corona, bastante lejos de la costa, a una profundidad de más de tres mil metros, y ahí se desarrolló el vertimiento, que fue controlado por la Directemar. Hay registros de los buques que participaron y las toneladas que se vertieron”, agregó Larrañaga.

Según el informe (PDF) de Sernapesca sobre el vertimiento, entre el 10 y el 26 de marzo se descargó un total de 4662 toneladas de desechos de salmones a 75 millas de Punta Corona. “no se utilizaron para su tratamiento, compuestos químicos como ácido fórmico, ácido acético u otros, correspondiendo únicamente a materia orgánica en proceso de descomposición”, indica el texto.