A la espera de la muerte del volante y de los pedales prometida por los vehículos autónomos, los retrovisores podrían ser los primeros en desaparecer.
El fabricante automotor alemán BMW se los ha ahorrado en un vehículo de demostración presentado en el salón de electrónica CES de Las Vegas.
Si algo recuerda levemente la forma de los retrovisores exteriores a ambos lados del automóvil, la protuberancia es mucho más pequeña. Pero sobre todo, ya no son espejos sino mini-cámaras.
Otras cámaras en la parte superior del vidrio trasero hacen innecesario el espejo del retrovisor interior. En su lugar, una pantalla combina en directo las imágenes que proporcionan todas las cámaras, permitiendo al conductor tener en un único sitio una visión mucho mejor que la que brinda el sistema actual.
BMW asegura que con este sistema se elimina por completo cualquier punto ciego. Y por lo tanto también la necesidad de que el conductor gire la cabeza como precaución antes de cambiar de carril.
El fabricante de equipos francés Valeo propone en la CES su sistema “Sightstream”, una configuración ligeramente diferente: el espejo retrovisor interior sigue estando ahí, pero los retrovisores exteriores también son reemplazados por cámaras.
Este sistema es un poco menos desconcertante para el conductor, que debe seguir mirando a ambos lados para monitorear lo que está sucediendo atrás, pero que tendrá la posibilidad de mirar a una pantalla en el interior del automóvil.
Tanto BMW como Valeo aseguran que sus dispositivos proporcionan una mejor visión, en especial por la noche y cuando la lluvia o la condensación en los vidrios impiden ver bien hacia afuera.
La reducción del tamaño del dispositivo externo mejora además la aerodinámica del automóvil, reduciendo así el consumo de combustible. Sin embargo, puede que aún pase algún tiempo para que estos sistemas lleguen a los vehículos fabricados masivamente.