Existe preocupación por parte de los más de 500 habitantes del sector de Puerto Aldea, localidad de la comuna de Coquimbo, que tras el tsunami recién pasado en la región quedó con graves daños estructurales, siendo el más grave y prioritario el corte del camino que lo conecta con otras localidades urbanas y que era atravesado por un humedal.

Esta situación dificulta a gran parte de los habitantes de ese sector, quienes viven en gran medida del turismo y la pesca, por lo que ven con preocupación el escenario que se avecina para la temporada estival con esta complicación del camino, que además es un impedimento para quienes residen habitualmente en el sector.

Juan Carlos Hidalgo, presidente de la Junta de Vecinos de Puerto Aldea, señaló que pese a las reiteradas conversaciones con las autoridades no existe una respuesta concreta a sus demandas urgentes.

Estamos completamente aislados, ya que tenemos que darnos la vuelta por el sector de El Tangue, el cual es un camino particular y nos ha abierto las puertas. Esta situación la estamos viviendo desde el tsunami y si bien ha venido la seremi de Obras Públicas y el alcalde de Coquimbo, ninguno nos ha dado una respuesta certera a nuestro problema”

Además, Hidalgo señaló que una de las razones que le mencionan a las autoridades sobre esta necesidad de conectividad no cubierta es que el camino no se encuentra inscrito, por lo que queda sin amparo público para su optimización.

“Estamos a un paso del verano y sin un camino arreglado se nos dificultan mucho las cosas”, manifestó el dirigente, quien además es empresario turístico del sector, viviendo de manera cercana la baja de turistas y por tanto de ingresos por su emprendimiento.

Urgencias de vida o muerte

Sin embargo, no sólo preocupa esta falta de conectividad para Puerto Aldea por los turistas que puedan llegar al sector. María Araya, residente del lugar, ha vivido de manera trágica este aislamiento ya que hace dos meses su marido sufrió un accidente y no alcanzó a llegar a tiempo a un centro asistencial, falleciendo y dejando dos niños pequeños.

“Ha sido un infierno la demora que hemos tenido por el camino de El Tangue. Le he manifestado mi inquietud al alcalde de Coquimbo, considerando lo que sucedió con el fallecimiento de mi marido pero también por los tiempos de demora que son más de 40 minutos en comparación al camino habitual y que ahora está cortado”, explicó Araya.

Hasta el cierre de ésta edición no fue posible contactarse con alguna de las autoridades pertinentes, pero según lo indicado por el presidente de la Junta de Vecinos, se espera que se concrete una nueva reunión entre la comunidad y las autoridades del municipio.