Israel y los grupos armados palestinos cometieron posibles “crímenes de guerra” durante el conflicto de Gaza en 2014, estimó un informe de la ONU publicado este lunes en Ginebra.

La Comisión Independiente de Investigación de Naciones Unidas sobre el conflicto de Gaza en 2014 reunió “informaciones sustanciales que ponen en evidencia posibles crímenes de guerra cometidos por Israel y por los grupos armados palestinos”, señala el informe encargado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Tras la publicación del documento, Israel acusó al Consejo responsable de la realización del informe de “parcialidad”, aunque aseguró que iba a estudiarlo.

La jueza estadounidense Mary McGowan, que preside la comisión encargada de realizar el informe, destacó que “la amplitud de la destrucción y del sufrimiento humano en Gaza no tuvo precedentes y tendrá un impacto en las futuras generaciones”.

El informe denuncia “la impunidad que prevalece a todos los niveles” en lo que concierne a la acción de las fuerzas israelíes e insta a Israel a “darle la vuelta a su lamentable balance” para perseguir a los responsables del conflicto que duró 51 días entre julio y agosto de 2014.

Además, el documento lamenta que las autoridades palestinas hayan “fracasado siempre” en su cometido de llevar ante la justicia a aquellos que violan las leyes internacionales.

Del lado palestino, 1.462 civiles, un tercio de ellos, niños, fueron abatidos, mientras que del lado israelí murieron 6 civiles y unos 1.600 resultaron heridos, según el informe. Contando a los combatientes, hubo 2.140 muertos del lado palestino y 73 del lado israelí.

La comisión se declaró “preocupada por el uso extensivo de Israel de armas letales en un importante radio” de impacto, y también denunció el tiro “indiscriminado” de miles de cohetes por parte de los palestinos con el fin de “sembrar el terror” entre los civiles israelíes.

Israel se opuso fuertemente a la decisión de pedir este informe y no permitió que la comisión de investigación de Naciones Unidas acudiera sobre el terreno, por lo que la Comisión recabó sus testimonios a ambos lados por teleconferencia o por teléfono.

Por su parte, el portavoz de Relaciones Exteriores israelí, Emmanuel Nahshon, afirmó este lunes que el informe “ha sido dirigido por una institución notoriamente parcial (y) recibió un mandato abiertamente parcial”.

En su declaración, Nahson afirmó que la comisión de investigación “suponía que Israel era culpable desde el comienzo” y se refirió al presidente inicial de este órgano, William Shabas, que tuvo que dimitir “a causa de un flagrante conflicto de intereses con Naciones Unidas”.

El conflicto de intereses tiene que ver con un asunto jurídico que Shabas había dirigido en 2012 para la Organización de Liberación de Palestina (OLP) y por el que fue retribuido con 1.300 dólares.