Sientes una constante pesadumbre en tus ojos a lo largo del día, no entiendes el porqué pero vives cansado, ya descartaste la anemia y las posibles causas que te han sugerido. No sabes qué hacer, simplemente te resignaste a vivir con sueño, aletargado.

Te interesará saber que una nueva investigación realizada en la Escuela de Medicina de Penn State, en el estado de Pensilvania, Estados Unidos, asegura que tanto la obesidad como la depresión son causas ocultas de la somnolencia crónica. Además, asegura que entre un 11 y 25% de la población es afectada por estas causales.

El estudio, que observó dormir a 1300 personas en un laboratorio, señaló que estas condiciones son causas del estado de somnolencia diurna y de la incapacidad para mantenerse alerta. Los sujetos de estudio además llenaron cuestionarios respecto de sus hábitos de sueño y cumplieron con pruebas psicológicas. La compleja investigación no finalizó allí, pues ha publicado sus resultados luego de más de siete años de seguimiento de los individuos analizados.

Una de las conclusiones afirma que el ganar peso se relaciona directamente con el sueño que se experimenta de día y que, por el contrario, perder peso libera de esta condición o al menos de su estado permanente. Tristemente esta somnolencia, vinculada al índice de masa corporal, no se subsana con las horas de sueño, incluso durmiendo de noche las horas recomendadas un obeso puede sentir cansancio al otro día.

Las células de grasa, especialmente de grasa abdominal, producen compuestos inmunes llamados citoquinas que promueven la somnolencia, aseguró el medio Yahoo salud, que publicó los resultados del estudio.

Maria Elena (CC) Flickr

Maria Elena (CC) Flickr

Un segundo grupo de afectados por estos disturbios del sueño son aquellos que sufren una depresión., pudiendo deberse a que cuentan con niveles elevados de las hormonas del estrés.

“Se espera que estos hallazgos cambien la manera en que se tratan la mayoría de los casos: píldoras para dormir”, asegura el autor del estudio, Julio Fernández-Mendoza, PhD, del Centro de Investigación y Tratamiento del Sueño en Penn State. Añade que la pérdida de peso a través de dieta, actividad física y el cambio de comportamiento, “debe ser una prioridad para reducir el peso corporal y la somnolencia diurna”.

Si cree en cambio, que su constante fatiga puede deberse a la depresión, Fernández asegura que lo primero es confirmar en diagnóstico con un psicólogo o psiquiatra. “Muchas personas con quejas de somnolencia diurna que están deprimidas pueden requerir un régimen o procedimiento específico para la alteración del sueño, que se puede complementar con el tratamiento cognitivo-conductual para el insomnio o la medicación para dormir”, añade.