La ciudad estadounidense de Baltimore, sacudida por violentas manifestaciones en la noche del sábado, se prepara para enterrar el lunes a Freddie Gray, un joven negro cuya muerte luego de un arresto relanzó la polémica sobre la violencia policial.
En la tarde del domingo la familia del joven de 25 años, fallecido a raíz de la fractura de vértebras cervicales una semana después de haber sido detenido, “recibirá a las visitas” en el inicio del velatorio, indicó el Baltimore Sun.
Sus exequias tendrán lugar el lunes a partir de las 11:00 horas en la iglesia bautista New Shiloh. Será sepultado “inmediatamente después de la misa”, señaló el diario, en el cementerio de Woodlawn, en el oeste de Baltimore.
El sábado más de 1.000 personas se reunieron pacíficamente frente a la alcaldía para reclamar justicia por la muerte de Freddie Gray, quien falleció debido a sus heridas una semana después de ser arrestado el 12 de abril.
“Sin justicia no hay paz”, señalaron los manifestantes.
Pero el clima se deterioró súbitamente cuando varias decenas de los manifestantes se dirigieron al estadio de béisbol Camden Yards, una hora antes del inicio de un partido entre Baltimore Orioles y Boston Red Sox.
Imágenes filmadas por las cadenas de televisión locales desde helicópteros mostraron una multitud lanzando conos de seguridad, botellas de refrescos y botes de basura contra policías, antes de romper escaparates de tiendas y saquearlos.
“Los manifestantes están rompiendo ventanas y nos lanzan objetos”, señaló la noche del sábado la Policía de Baltimore en Twitter. “Pedimos a todos que mantengan la calma”, agregó.
También se vio a manifestantes saqueando un supermercado, rompiendo vitrinas y bloqueando calles.
Un fotógrafo de la AFP observó la destrucción de los vidrios de coches policiales antes de que intervinieran fuerzas antidisturbios.
Doce personas fueron arrestadas durante la noche, indicó a periodistas el comisario Anthony Batts.
“Esto debe detenerse”
Fredericka Gray, hermana melliza de Freddie Gray, llamó a la calma. “Mi familia quiere decirles: por favor, por favor, detengan la violencia. Freddie no querría esto”.
A su lado, la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, se manifestó “profundamente decepcionada” por la violencia tras la manifestación, que atribuyó a “un pequeño grupo de agitadores”.
Durante la manifestación los oradores llamaron al presidente Barack Obama a lanzar una investigación nacional sobre la brutalidad policial, tras una serie de enfrentamientos mortales entre policías blancos y hombres o jóvenes negros.
“Esto debe detenerse. Debe detenerse de verdad porque podría haber sido cualquiera de nosotros”, aseguró un hombre cercano a la familia Gray.
Las autoridades han iniciado varias investigaciones para determinar las circunstancias en que se produjeron las heridas de Freddie Gray, entre las cuales una investigación federal por parte del Departamento de Justicia.
La policía de Baltimore aceptó el viernes que el joven tendría que haber recibido asistencia médica enseguida de su arresto.
Cuando falleció, su columna vertebral estaba seccionada a la altura de las cervicales, según abogados de la familia.
Videos de la detención de Gray, grabados por transeúntes, muestran cómo la policía puso de forma violenta contra el piso al joven, que gritaba de dolor, antes de subirlo a un furgón policial y llevárselo.
Los responsables policiales también reconocieron que el cinturón de seguridad del joven no estaba abrochado dentro del furgón, que hizo tres paradas inexplicadas durante su camino hacia el puesto de policía.
A la espera de que la Policía entregue los resultados de su investigación el 1 de mayo, seis policías fueron suspendidos por estos hechos.
Este fallecimiento ocurre tras una serie de muertes de afro-estadounidenses desarmados, en su mayoría a manos de policías blancos, que han provocado una ola de protestas en el país bajo acusaciones de racismo y reavivando el debate sobre el uso excesivo de la fuerza policial.