Sin solución están siete jóvenes con dificultades auditivas que estudian en instituciones de educación superior en el Bío Bío. Quedaron fuera de concurso por un intérprete y hoy no entienden las clases a las que asisten.
Ya es difícil colocarse en el lugar de otro cuando hablamos de discapacidad, y estudiar sin todas las herramientas, aumenta la dificultad al doble.
Es lo que están viviendo siete jóvenes sordos, que durante este año y producto de un cambio en las bases de postulación, quedaron fuera del acceso a un interprete, profesional clave para sus estudios.
Karla Nicole, es alumna de cuarto año de Diseño Gráfico en Inacap. Explica que entrar a una sala de clases y no escuchar nada, es como ir a una charla en otro idioma.
Las ideas son de Nicole, la voz de su intérprete.
Y es que no contar con la posibilidad de comunicación es más que un problema académico. Hay una experiencia negativa, de desanimo, de soledad.
La intérprete de señas, Mery Aranda lo explicó desde su perspectiva.
Juan Álvarez es un joven de segundo año en Construcción Civil del Instituto Santo Tomás, manifiesta el mismo problema.
La voz es de un intérprete.
Aún más, tampoco ha recibido apoyo de la institución de educación a la que pertenece.
A esto apunta la directora de Senadis en el Bío Bío, Sandra Narvaez, quien indicó que son los establecimientos de educación superior los responsables directos.
En el nivel central se está gestionando una solución para estos jóvenes, respuesta que es urgente y que se espera así lo entiendan en Santiago.
Y es que piénselo por unos minutos. Sin un intérprete que nos hubiera transmitido sus ideas, ni siquiera estaríamos escuchando esta información.