Imaginemos que te inscribiste en un gimnasio, o que te determinaste hacer una rutina de ejercicios -en casa o parque- al menos tres veces por semana. Todo va bien, te sientes bien contigo mismo y logras pasar más de un mes así.
Las cosas van bien, pero de a poco estas ganas iniciales van desapareciendo y, con ello, comienzas a atrasar ese tiempo de ejercicio hasta finalmente volver a tu vida sedentaria.
No te desanimes, que si eso te ha pasado, no eres el primero, ni tampoco serás el último. A muchos les pasa y es natural, pero no es muy agradable si pensamos que estás pagando por algo que no estás usando.
Manel Martínez, entrenador personal de la National Strength and Conditioning Association (NSCA), explica que lo importante en este tema es la motivación, y que existen dos clases: la intrínseca, que es aquella que “perdura más en el tiempo y se basa en el disfrute de la tarea y en la superación personal, y la extrínseca, que es la más “intensa pero menos duradera, basada en las referencias externas y el reconocimiento del enterno, entre otros.
De estas dos, el especialista comenta que son relevante ambas, aunque más lo es la intrínseca, ya que con ella se logra una fidelidad real con la actividad física, la cual podemos disfrutar.
En esta búsqueda de motivación, la teoría de la autodeterminación plantea algunos elementos interesantes, como son que la persona debe ser positivo, altamente activo, con propósitos de crecimiento personal y de implicación en su ambiente, elementos que están fuertemente relacionados a la motivación intrínseca.
En vista de lo anterior, propone 6 estrategias con las cuales conseguir esta motivación ideal:
- Positividad: Refuerza y valora esas acciones que has realizado con efectividad y aprende de las que no has solucionado con la idea de que en el próximo intento lo conseguirás.
- Metas enfocadas en tu propia tarea: Olvídate de lo que hacen los demás y céntrate totalmente en lo que has aprendido y en tu ejercicio. La clave del éxito esta en la propia superación.
- Objetivos alcanzables: Debes plantearte varios objetivos, que tengan cierta dificultad pero que sean accesibles. Es una forma de sentirte realizado después de un esfuerzo que te ha llevado a lograr (si no todos) algunos de tus objetivos.
- Implicación en la elección de las actividades: Aunque en tu gym o en tu zona de entrenamiento te organicen un programa, propón o realiza aquellos ejercicios o movimientos que más te motiven. Debes sentirte partícipe del proyecto.
- Conocer la finalidad de cada ejercicio: Debes saber cual es la pretensión de cada ejercicio para tener una percepción más positiva de la tarea y fomentar la autonomía.
- Relación social con tus compañeros: Un estudio (Carratalá, 2004) afirma que los deportistas que se relacionan poco presentan altos niveles de desmotivación. Intenta empatizar con tus compañeros, escucha y propón diferentes ideas, intenta resolver los problemas en grupo, mantén buena relación con tu entrenador.
