La aprobación del Estudio de Impacto que Endesa logró para Bocamina II no significa que la termoeléctrica pueda comenzar la inmediata operación. Primero deberá resolverse la impugnación del permiso ambiental, ya decidida por la abogada de los vecinos de Coronel y de la Confepach, así como una serie de medidas ordenadas por la justicia.

Indefinido es aún el plazo para que Endesa reanude el funcionamiento de la termoeléctrica Bocamina II. Así lo estima la abogada Paula Villegas, quien logró el fallo judicial que obligó a la generadora a someter a estudio de impacto ambiental la optimización de la central, cuya aprobación -dijo- no levanta automáticamente la paralización.

Entre esas medidas están la implementación de un sistema que impida la succión masiva de agua y de biomasa desde el mar, así como la instalación de un desulfurizador para Bocamina I.

El cumplimiento de esas condiciones impuestas por la Corte Suprema, y que Endesa estimó en su momento le podría tomar dos años, debe ser constatado por la Superintendencia del Medio Ambiente.

Pero también, agregó la abogada de pobladores de Coronel y de pescadores artesanales, Endesa deberá esperar a que la resolución de calificación ambiental quede a firme.

Eso podría demorar, adelantó Paula Villegas, ante la decisión de pedir una revisión del Estudio de Impacto.

El argumento de la impugnación es que Endesa no incluyó en su estudio de impacto aspectos como el cambio del sistema de enfriamiento de la termoeléctrica ni la forma en que serán cubiertas las canchas de acopio que generan contaminación del medio ambiente.