El caza F-35 llevó a cabo el lunes su primer aterrizaje en un portaaviones norteamericano, en el oeste de Estados Unidos, una etapa decisiva de este proyecto que ha conocido varios retrasos y cuyo presupuesto se vio inflado sin cesar.

En este ensayo, que tuvo lugar fuera de la ciudad californiana de San Diego, un F-35, también conocido como Joint Strike Fighter, aterrizó sin problemas en la cubierta del USS Nimitz, dijo la Armada estadounidense en un comunicado.

El aparato está disponible en tres versiones: un modelo “estándar”, otro diseñado para hacer aterrizajes en distancias cortas y despegar verticalmente, y un tercero, el F-35C, diseñado para portaaviones.

“Un evento memorable se produjo hoy en el desarrollo de la F-35C”, celebró a su aterrizaje el capitán de fragata Tony Wilson, el piloto de la prueba.

Se espera que su estreno en la flota estadounidense sea hacia 2018. El presupuesto para el proyecto era de 390.000 millones de dólares por un total de 2.443 aeronaves.