La natación es uno de los ejercicios más completos, pues al practicarlo se ejercita la mayoría de los músculos del cuerpo, sumado a esto, al trabajar en el agua, la falta de gravedad disminuye la percepción de esfuerzo, por lo que no resulta tan agotador.
Así lo aseguró a la revista Elle Sergio Piferrer, quien es coordinador de la Unidad de Negocio de O2 Centro Wellness en España y experto en natación.
Esta práctica es una alternativa para el running, explica el experto, quien asegura que nadar es una opción de trabajo cardiovascular para quienes encuentran dificultades en otros ejercicios. A esto agrega que la natación en sí ayuda a tonificar gran parte del cuerpo, lo que permite estilizar la figura.
Piferrer afirma que este ejercicio “beneficia a todo el mundo y fortalece la espalda, no la ensancha, algo que algunas mujeres temen”.
Asimismo, estudios aseguran que nadar es uno de los ejercicios que aumentan tus expectativas de vida. En 2009, un grupo de investigadores concluyo que quienes nadaban frecuentemente tenían un 50% menos de probabilidades de morir.
La frecuencia para practicar natación dependerá del objetivo que se tenga en mente. Si es un método principal de entrenamiento, como deporte, se recomienda practicarlo entre dos y tres veces a la semana, mientras que si es para mantener el training y descargar tensiones bastará con realizarlo una vez por semana.
Uno de los tantos aspectos positivos de esta práctica es que es de bajo impacto. Ante ello el experto señala que “los factores de flotabilidad y disminución de la gravedad permiten adelantar el comienzo de los procesos rehabilitadores y que el riesgo de lesión se minimice”, es decir, el impacto en las articulaciones de carga es mucho menor frente a los ejercicios que se realizan de pie, explica.
Sumado a esto, la natación se posiciona como uno de los ejercicios recomendados durante el embarazo y después del parto, claro está, con supervisión médica previa.
Lee también: ¿Qué ejercicios se pueden practicar durante el embarazo?
El profesional señala que “el entrenamiento que se practique deberá ir en consonancia con el entrenamiento anterior. Una embarazada que no haya entrenado antes no puede hacer ahora ejercicios intensivos, siempre debe estar compensado con la actividad física que hacía antes”. En cuanto al post parto, nadar es recomendable para tonificar y recuperar la forma, indica, pero insiste en que cada caso deberá evaluarlo el médico de cabecera.
Pese a que es un ejercicio completo y sus beneficios son múltiples no está recomendado para todas las personas, puesto que hay patologías que son incompatibles con este deporte, como por ejemplo las relacionadas con la espalda. Piferrer enfatiza en que “hay que personalizar y seguir paso a paso las instrucciones de un profesional”, ya que si sufres de alguna lesión en tu espalda esta práctica podría ser perjudicial.