El presidente de la multinacional petrolera francesa Total, Christophe de Margerie, murió la noche del lunes al estrellarse su avión privado en el aeropuerto moscovita de Vnoukovo cuando iba a despegar.

El avión, un Falcon-50, colisionó en el momento de despegar con una máquina quitanieves. En el accidente murieron los tres tripulantes y el directivo de 63 años, jefe de la primera empresa francesa por beneficios y segunda por capitalización bursátil.

Tras el accidente, este martes las acciones de Total caía un 1,46% a la apertura de la bolsa de París.

Según el diario ruso Vedomosti, Margerie volvía a París después de una reunión con el primer ministro Dimitri Medvedev centrada en las inversiones extranjeras en Rusia.

El francés, con buenos contactos entre la dirigencia rusa, era favorable a las inversiones en este país, en un contexto de tensión por las sanciones occidentales a Moscú en el marco del conflicto ucraniano.

“El grupo Total confirma con gran emoción y una profunda tristeza que su presidente director general Christophe de Margerie falleció en un accidente de avión en el aeropuerto de Vnukovo de Moscú, tras una colisión con una máquina quitanieves”, informó la empresa en un comunicado.

Según los primeros elementos del Comité de Investigación ruso, el conductor de la máquina quitanieves, que no resultó herido, estaba borracho. Los investigadores añadieron que están analizando también un posible fallo de los controladores aéreos y “un error de pilotaje”.

El aeropuerto de Vnoukovo precisó que el avión tenía una visibilidad de 350 metros. Los socorristas se pusieron “de inmediato a apagar el fuego que se declaró”, según una fuente aeroportuaria. Los expertos encontraron además las cajas negras.

Total anunció desde París que su consejo de administración se reunirá “lo antes posible”, tras el fallecimiento de su dirigente.

Mientras, las reacciones políticas tampoco tardaron en llegar. El presidente ruso, Vladimir Putin, homenajeó la “entrega” del fallecido directivo a las relaciones entre Francia y Rusia.

Poco antes, el presidente francés, François Hollande, elogió su “talento”, y destacó que Margerie colocó Total “entre las primerísimas empresas del mundo”. El primer ministro, Manuel Valls, lamentó la pérdida de un “directivo empresarial fuera de lo común”, además de “un gran capitán de industria y un patriota”.

UNA VIDA DEDICADA A TOTAL

Christophe de Margerie, conocido como el “Gran Bigotes” debido a su tupido mostacho blanco, se convirtió en presidente de Total en 2010, tras toda una vida en el seno del gigante petrolero, donde subió peldaño a peldaño hasta entrar en el comité directivo en 1992 antes de convertirse en director general de Total para Oriente Medio tres años después.

En 1999, tras la fusión de Total con el grupo belga Petrofina, Margerie accedió a la dirección Exploración y Producción, la más importante del grupo.

En ese momento, Margerie entró en el comité ejecutivo del grupo, cuya dirección general asumió el 14 de febrero de 2007 en sustitución de Thierry Desmarest, hasta llegar a la presidencia en mayo de 2010. En 2012 fue reelegido hasta 2015.

Bajo su égida, Total aceleró en los últimos años las inversiones en exploración, para cumplir los objetivos ambiciosos de crecimiento de su producción petrolera, al tiempo que se deshacía de otras actividades.

En Francia, el grupo llevó a cabo una fuerte reestructuración de actividades con el cierre de la refinería de Dunkerque en 2010 y la reorganización de la petroquímica de Carling, en Moselle, anunciado el año pasado.

Nacido el 6 de agosto de 1951, Christophe Jacquin, creció en una familia de diplomáticos y dirigentes empresariales. Estaba casado y tenía tres hijos.

Vnoukovo es uno de los tres aeropuertos internacionales de Moscú, situado al suroeste de la capital rusa, y dispone de una terminal para los vuelos de negocios.