Las graves lesiones que sufrió un niño de 2 años, tras ser atacado por un perro asilvestrado que formaba parte de una jauría de al menos 20 ejemplares en el sector Paullin, en el área rural de Puerto Octay, generan nuevamente reacciones respecto a la presencia y control de estos animales en los campos del país, pensando en el riesgo en que se han transformado.

Así lo hizo ver Cristián Arntz, presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (SAGO) y de Federcarne, dos entidades que convocan a gran cantidad de agricultores en la región de Los Lagos.

El dirigente lamentó el hecho y remarcó que pese a la notoriedad del caso, el hecho se enmarca dentro de una realidad nacional.

El pequeño Jabes Pérez se encontraba jugando en el patio de su casa junto a una prima el pasado martes, cuando de pronto un grupo de al menos 20 perros asilvestrados, que deambulan por el sector rural, comenzó una pelea entre ellos.

En ese momento, uno de los animales salió de la jauría, atacando en el rostro al menor de 2 años y cinco meses.

Debido a ello, el menor fue internado en el Hospital Base San José de Osorno, donde se le debieron practicar curaciones, además de recibir 40 puntos en su rostro por la gran herida que le dejó el can.

Por casos como éste, Arntz sostuvo que la eutanasia no puede ser descartada, cuando se observa que el problema no tiene solución, aunque con las medidas adecuadas.

El representante de Fedecarne concluyó recordando que en un principio se pensaba que la Ley de Caza entregaría las herramientas necesarias, para solucionar el problema de los perros abandonados. Sin embargo, como se rechazó la posibilidad de incluir a estos ejemplares, el camino actual es promover una tenencia responsable, así como su rescate y entrega de hogar.