Como una inconsecuencia calificó la jefa provincial de la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer (Prodemu), Soraya Hogas, la rescatada postura de Jaime Guzmán sobre el aborto. “Es inconsecuente porque él avalaba la pena de muerte”, enfatizó.

Recordemos que el fundador de la UDI durante la década del 80 afirmó que la mujer debe tener un hijo a todo evento, no importando si es que su vida está en peligro, la inviabilidad del feto o si el embarazo es producto de una violación.

De ahí a que su crítica se trasladara también hacia aquellos que siguen tal planteamiento, entendiendo a Guzmán como mentor político de un sector importante de la política chilena, principalmente de la derecha chilena, uno de los bloques que ha marcado directamente un postura en contra del proyecto de despenalización del aborto de Michelle Bachelet.

Según Hogas, desde la década del 80 que la mujer perdió la autonomía sobre su cuerpo y la capacidad de autodeterminación en materia reproductiva, cuestión que finalmente ha terminado por someter a un contexto de tortura psicológica a mujeres que, por ejemplo, deben conllevar un embarazo que médicamente se ha diagnosticado como inviable.

Además, enfatizó en que el proyecto de ley que impulsa el actual Gobierno no obliga a las mujeres a abortar.

La directora de Prodemu recordó diversos casos en que el embarazo ha marcado un episodio traumático para aquellas mujeres que sabiendo que el nonato morirá al nacer, deben mantener el periodo de gestión bajo la fuerza de la ley, tal como en el caso de la periodista Mónica Pérez.