Al menos 29 personas murieron este sábado en Egipto, en los enfrentamientos entre partidarios del gobierno militar y opositores que salieron a las calles en el tercer aniversario de la revuelta contra Hosni Mubarak.

Del total de víctimas, 26 murieron en El Cairo y sus alrededores, indicó a la AFP Ahmed Kamel, un portavoz del ministerio de Salud.

Miles de personas se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para dar su apoyo al gobierno, dirigido de facto por el ejército, mientras los opositores, liberales e islamistas, que por primera vez se manifestaban juntos, abucheaban a los militares.

La policía volvió a ser este sábado el objetivo de dos atentados, uno en Suez, donde un coche bomba estalló cerca de una base policial provocando nueve heridos, y otro con una bomba lanzada contra un centro de la policía en El Cairo, que dejó un herido.

Se trata del sexto atentado contra la policía en dos días, a pesar de que las comisarías y los edificios del gobierno están vigilados por tanques del ejército.

Desde el pasado 3 de julio, cuando el ejército derrocó al presidente islamista Mohamed Mursi, primer mandatario elegido democráticamente de la historia del país, los militares reprimen a sus partidarios del movimiento de los Hermanos Musulmanes y se han multiplicado los atentados contra la policía.

El viernes seis personas murieron en cuatro atentados contra la policía en El Cairo y otras 15 fallecieron en las manifestaciones de partidarios de Mursi.

Estos atentados fueron revindicados por Ansar Beit al Maqdes, un grupo que dice inspirarse en Al Qaida y que actúa en la península del Sinaí.

Apoyo al general Al Sisi

Este sábado, centenares de manifestantes favorables a Mursi y miembros de movimientos juveniles, los mismos que lanzaron en 2011 la revuelta contra Mubarak y que acusan al gobierno actual de aplicar sus métodos, intentaron llegar al centro de El Cairo pero fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos y disparos de escopetas.

“¡Abajo los militares!”, “¡El pueblo quiere la caída del régimen!” gritaban.

El gobierno llamó a su vez a los egipcios a manifestarse para conmemorar el aniversario de la “revolución del 25 de enero” de 2011 pero también para dar su apoyo al ejército en su “guerra contra el terrorismo”.

A finales de diciembre, las autoridades declararon “terroristas” a los miles de miembros de los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Mursi.

Por su parte los partidarios de Mursi lanzaron este sábado 18 días de manifestaciones pacíficas, los mismos días que duró la revolución de 2011.

En la plaza Tahrir, miles de personas llevaban retratos del general Abdel Fatah al Sisi, el jefe del ejército y hombre fuerte de Egipto.

Desde agosto, más de 1.000 personas murieron en la represión del ejército y miles de miembros de los Hermanos Musulmanes, incluyendo la mayoría de sus dirigentes, fueron encarcelados. Muchos de ellos, incluido Mursi, están siendo juzgados y podrían ser condenados a muerte.

El 11 de febrero de 2011, tras 18 días de manifestaciones violentas en las que murieron unas 850 personas, Egipto, el país más poblado del mundo árabe, puso fin a 30 años de poder absoluto de Hosni Mubarak.

Poco después de su caída, el ejército tomó el poder antes de la llegada del islamista Mursi en junio de 2012 tras las elecciones. Pero un año más tarde miles de personas salieron a las calles para pedir su dimisión, acusándole de querer islamizar el país.

El 3 de julio del año pasado, el general Al Sisi, entonces ministro de Defensa y ahora vice primer ministro, anunció la destitución y el arresto de Mursi.

Al Sisi no esconde su ambición de presentarse a las elecciones presidenciales previstas este año y tiene el apoyo de muchos egipcios, que quieren terminar con tres años de “caos” en un país en plena crisis económica y que ha perdido a todos sus turistas.