Las grandes potencias urgieron el miércoles al régimen y a la oposición sirios a aprovechar la oportunidad “histórica” de terminar con casi tres años de guerra civil, en la sesión inaugural de la conferencia de paz de Montreux (Suiza), marcada por cruces de acusaciones entre algunas delegaciones.

“Después de casi tres dolorosos años de conflicto y de sufrimientos en Siria, hoy es un día de esperanza”, declaró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su discurso de apertura de la conferencia de Ginebra II ante los representantes de unos cuarenta países y organizaciones, entre los que se encontraban las delegaciones del régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, y de la coalición siria.

“Nos enfrentamos a unos desafíos extraordinarios”, advirtió. “Todos los sirios tienen hoy sus miradas puestas en nosotros”, “ustedes, los representantes de la oposición y del gobierno sirio, tienen una gran oportunidad” y una “responsabilidad con el pueblo sirio”, añadió.

Los dos patrocinadores de esta conferencia, los jefes de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, y estadounidense, John Kerry, advirtieron en sus intervenciones que las negociaciones entre el régimen y la oposición “no serán sencillas, ni serán rápidas”, en palabras de Lavrov.

Pero durante sus cortas intervenciones, Kerry y Lavrov también dejaron patentes sus divergencias respecto a la formación de un gobierno de transición en Siria.

“Bashar al Asad no formará parte del gobierno de transición. Es imposible, inimaginable que este hombre que llevó a cabo semejante violencia contra su pueblo pueda conservar la legitimidad para gobernar”, declaró Kerry.

Por el contrario, Lavrov advirtió sobre “los intentos de interpretar este documento de una forma o de otra”, en referencia al llamamiento a la formación de un gobierno de transición “por mutuo consentimiento” que las grandes potencias adoptaron en 2012 sin presencia de los sirios en Ginebra I.

El ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Muallem, calificó a los representantes de la oposición sentados frente a él de “traidores” y de “agentes a sueldo de los enemigos” de Siria.

“Pretenden representar al pueblo sirio”, declaró Muallem. “Si quieren hablar en nombre de los sirios, no deberían ser traidores al pueblo sirio, agentes a sueldo de los enemigos del pueblo sirio”, añadió.

“Señor Kerry, nadie en el mundo tiene derecho a otorgar o retirar la legitimidad de un presidente, una constitución o una ley excepto los propios sirios”, declaró también Muallem en respuesta a las declaraciones de Kerry descartando cualquier papel de Al Asad en una transición.

Muallem fue interrumpido durante su larga defensa de la política del régimen de Al Asad por Ban, que objetó que el jefe de la diplomacia siria había superado el tiempo de palabra asignado. Muallem replicó diciendo que tenía que expresar la posición de su país y continuó con su intervención.

En cambio, el jefe de la delegación de la oposición siria, Ahmad Jabra, instó al presidente Al Asad a que entregue el poder a un gobierno de transición.

Por su parte el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, advirtió a la delegación del régimen sirio que el objetivo de Ginebra II no es hablar de “terrorismo”, sino de “un gobierno de transición”.

“No se trata de tener un debate general sobre Siria, ni de lanzar invectivas o eslóganes de propaganda, ni tampoco de ganar tiempo o pronunciar discursos repitiendo la palabra terrorismo”, declaró Fabius. “Se trata de buscar un acuerdo político sobre Siria respecto a esta autoridad de transición”, añadió.

Las autoridades sirias emplean el término “terrorista” para referirse a los rebeldes.

Resumiendo el estado de ánimo de muchos participantes en la conferencia, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier consideró que no hay que esperar un “milagro”.

La reunión de Montreux servirá para preparar el encuentro el viernes en Ginebra de las dos delegaciones sirias -que se reúnen por primera vez desde el inicio del conflicto- con la mediación del emisario especial de Naciones Unidas y de la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi.