El primer ministro británico, David Cameron, está detrás de las presiones ejercidas sobre el diario The Guardian para que este rotativo destruya documentos confidenciales suministrados por el ex consultor de inteligencia estadounidense Edward Snowden, según varios medios británicos.

The Guardian detalló el miércoles la manera en la que “dos funcionarios británicos”, sin citar nombres, fueron a la redacción del diario, “enviados por las más altas autoridades”, para pedir “la entrega inmediata de los documentos entregados por Snowden”.

Edward Snowden, ex consultor de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense, actualmente refugiado en Rusia, es el autor de la fuga de documentos secretos que reveló la existencia de un amplio sistema de espionaje de Estados Unidos y del Reino Unido.

Los diarios The Independent y The Daily Mail y la televisión BBC identificaron el miércoles al supuesto autor de las presiones ejercidas sobre The Guardian. Se trataría, según estos medios, de Jeremy Heywood, secretario del Gabinete y uno de los lugartenientes de David Cameron.

“El Daily Mail puede revelar que las preocupaciones sobre la seguridad nacional planteadas por los documentos en poder de The Guardian eran tan fuertes que David Cameron envió a Jeremy Heywood para pedir al redactor jefe del diario, Alan Rusbridger, que destruyera los documentos,” afirma el tabloide inglés.

Según The Independent, que cita a fuentes gubernamentales, Jeremy Heywood fue enviado por el primer ministro para “advertir a The Guardian de los peligros que (implica) poseer informaciones altamente sensibles en servidores no seguros, lo que podría ser perjudicial para Inglaterra”.

La BBC cita también a varias fuentes gubernamentales que confirman una implicación al más alto nivel del gobierno británico.

Un portavoz de la oficina del primer ministro, contactado por la AFP, se negó a comentar “casos específicos” y se limitó a decir que “si se conservan de manera no segura informaciones altamente sensibles, el gobierno tiene la obligación de asegurarlas”.

El martes, The Guardian reveló que, presionado por “dos expertos en seguridad del GCHQ (servicio británico de escuchas), se vio obligado a destruir los documentos confidenciales utilizados para revelar el sistema de vigilancia de la agencia estadounidense NSA.

La presión de estos hombres fue aumentando poco a poco, con amenazas de acciones judiciales e incluso de una “redada policial”, afirmó The Guardian. “Decían tener miedo de que gobiernos extranjeros, en particular Rusia y China, piratearan la red del diario”, añadió el periódico.

Este acto fue calificado como un “gesto simbólico particularmente vano”, decidido por personas que “no entienden nada de la era digital”, ya que existen otras copias de estos documentos.

Las autoridades británicas se enfrentan ya a una ola de protestas tras el interrogatorio y la retención durante nueve horas del brasileño David Miranda, pareja del periodista que publicó los documentos secretos suministrados por Snowden.

Miranda fue detenido e interrogado cuando hacía escala en el aeropuerto londinense de Heathrow en un vuelo entre Berlín y Rio de Janeiro.

El miércoles, el gobierno alemán expresó su preocupación sobre la libertad de prensa en Reino Unido, al igual que Rusia, que acusó a Londres de “doble moral” en el ámbito de los derechos humanos.

Por su parte, el Consejo de Europa reclamó el miércoles “explicaciones” del Reino Unido sobre los métodos empleados con The Guardian en el marco del caso Snowden, que “podrían” ser una amenaza a la libertad de expresión.

Miranda interpuso el martes una demanda ante la justicia contra el gobierno británico, poniendo en duda la legalidad de su detención y la confiscación de material periodístico.

La ministra británica del Interior, Theresa May, declaró haber sido informada con anticipación sobre esta detención, pero aseguró que la decisión fue tomada únicamente por la policía. Scotland Yard defendió la legalidad de su acción.