Durante la jornada del sábado se firmó un convenio de acuerdo entre autoridades lotinas, estudiantes y la Iglesia Católica, el cual puso fin a 16 días de huelga de hambre de profesores que fueron removidos en la comuna del carbón.

La ceremonia la encabezó el Arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, quien analizó duramente el proceso que se vivió con los profesores despedidos de Lota.

Lo que ocurrió en Lota es fiel reflejo de un problema nacional, enfatizó, señalando que la educación municipal poco puede mejorar si los docentes no son contratados, un hecho al que calificó de “injusto”.

Los liceos Industrial, A-45 y Comercial, se sumaron a la protesta. Con dos recintos tomados y uno en huelga de brazos caídos, las explicaciones vinieron de una de las dirigentas, que señaló que tras despedir a los más de 40 docentes, el municipio reemplazó los cupos con otros profesores, los que -según denunciaron los estudiantes- no resultaron ser muy proactivos, por lo que pasaron 30 días sin clases, según expresó la alumna Catalina Vásquez.

La concejala comunista Tamara Concha insistió en los problemas contractuales. La mayoría de los profesionales trabajan a “contrata”, una situación que buscará cambiar junto a otras autoridades del país, cuando apoyen la presentación del proyecto de ley que busca regular esta situación laboral, en las próximas semanas.

El alcalde de Lota valoró la actitud “dialogante” de los estudiantes y los demás actores tras la huelga de los docentes Manuel Rivera Monsalve y de Miguel Ángel Machuca, que se extendió por 16 días y 12 horas.

Tras perder cuatro kilos, Rivera se refirió al rol determinante de “la huelga” en los conflictos sociales.

“Si no hubiéramos hecho la huelga de hambre, la Iglesia tampoco nos hubiera tomado en consideración… Intentamos dialogar con el alcalde y los directores, durante mucho tiempo, pero sólo después de decidir iniciar esa movilización, fue considerada nuestra demanda”, puntualizó.