La cadena de televisión estadounidense CBS advirtió a las estrellas que no mostraran demasiada piel sobre el escenario el domingo durante la entrega de los Grammy, pero las artistas empujaron las reglas al límite en la alfombra roja con reveladores vestidos.

Jennifer Lopez, cuyo escotado vestido verde de Versace lucido en la entrega de los Grammy de 2000 quedó impreso en la memoria colectiva de una generación de adictos al espectáculo, empujó el código de vestimenta al límite con un atrevido vestido negro que cubre la mayor parte de su cuerpo, pero no todo.

“¡No dijeron nada sobre las piernas!”, dijo al presentador Ryan Seacrest en la alfombra roja antes del evento principal, mostrando su pierna y su hombro al descubierto en un conjunto asimétrico de Anthony Vaccarello.

En un correo eléctrico filtrado a la prensa, CBS pidió a los invitados al evento que por favor se aseguraran “de que las nalgas y los senos estén adecuadamente cubiertos”.

Kate Perry definitivamente no recibió las indicaciones, ya que apareció en la alfombra roja con un vestido escotado y ceñido al cuerpo de color verde menta, explicando que se había inspirado en el glamour retro de Priscilla Presley en los años 70.

Rihanna optó por un vestido rojo de Azzedine Alaia que le cubre todo el torso, pero deja al descubierto los hombros, con labios rojos brillantes haciendo juego.

La princesa del pop Taylor Swif brilló con un vestido blanco de J. Mendel, complementado con detalles plateados en el cuello y un corte atrevido en la parte delantera.

En la actuación de apertura de la velada, Swift cambió su atuendo por un traje blanco con pantalones cortos y botas altas, pero sin curvas expuestas.

La ganadora del Oscar Nicole Kidman, que atravesó la alfombra roja del brazo de su esposo, el cantante Keith Urban, vistió un modelo sin mangas color oro de Vera Wang, mientras que la ganadora del concurso “American Idol” Carrie Underwood optó por un strapless negro de Roberto Cavalli con una fina falda del mismo color.

Adele, la gran ganadora de los Grammy del año pasado -en los que obtuvo seis trofeos-, dejó en casa su usual modelo básico negro, pero de todas maneras cumplió las reglas, optando por un vestido floral rojo de Valentino con mangas largas y un dobladillo conservador en la rodilla.

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