La Asociación de Canalistas del Laja mostró su escepticismo respecto a que la empresa Endesa esté dispuesta a modificar el polémico convenio de 1958, que regula el uso de las aguas del lago, de tal forma que se adecue al escenario actual de déficit del vital elemento.

En una reciente cita entre organizaciones de regantes y políticos de la zona con la ministra de Obras Públicas, Loreto Silva, se llegó al acuerdo que la Dirección General de Aguas se abocara a reestudiar el citado convenio, que norma la forma en que se administra el recurso hídrico del principal cuerpo lacustre del país.

La idea es que dicho acuerdo, que data de cuando Endesa era una empresa estatal, se adapte a las demandas de riego y turismo de todos los usuarios de la cuenca del río Laja, ya que actualmente sólo considera los requerimientos energéticos.

Sin embargo, Héctor Sanhueza, administrador de la Asociación de Canalistas del Laja, se mostró escéptico que la compañía se allane a reestudiar el convenio.

A juicio del directivo, es necesario que las autoridades del Ministerio de Obras Públicas ejerzan presión para lograr cambiar la forma en que se administran las aguas del sistema Laja, pensando en el bien colectivo y no de Endesa en particular.

El dirigente recordó que los regantes están atravesando una histórica carencia de agua para mantener los cultivos de maíz y remolacha, lo que hace prever caídas en rendimientos y conflictos entre los propios usuarios.

Para Héctor Sanhueza, lo sucedido en la actualidad es la confirmación es un escenario previsto hace más de dos décadas cuando se anunció la construcción de nuevas obras de riego que sacarían agua del río Laja, lo que ratifica el agotamiento de la cuenca.